40.
MARGARITA XIRGU ANTIFASCISTA CONVENCIDA
Margarita
Xirgu no fue militante de Acción Republicana, ni del Partido Republicano
Radical, ni de Izquierda Republicana, ni tampoco del Frente Popular. Margarita
sólo era militante del teatro.
Pero evidentemente sus inclinaciones
eran republicanas, como lo demuestra la carta que envió a su hermano Miquel
Xirgu:
15 de abril de 1931
Mí querido hermano: Ya tenemos República.
¿Sabrán los hombres defenderla?.
Ayer, después de echada
mí carta anterior, me dijeron que en telégrafos ondeaba ya la bandera
republicana, que a las tres de la tarde había tomado posesión el
gobierno provisional. Llegué al teatro y me dijeron que a las cinco se
proclamaría la República desde el balcón del Ministerio de
la Gobernación. Dejé el auto y a pie me fui a dar vueltas por la
Puerta del Sol. No quise perderme el espectáculo. La plaza estaba llena,
las bocacalles que afluyen en la Puerta del Sol, atestadas de gente. El momento
fue de una emoción intensísima. Desde las cinco hasta las seis y
media que salió el Gobierno en el balcón con la bandera republicana,
el oleaje iba en aumento. Muchas personas, muchos curas, no se veía maldad
en nadie, ni rencor; sólo una gran alegría y en muchos ojos lágrimas.
Yo me pregunto: ¿toda esta gente era republicana?. Hoy han declarado fiesta
nacional. Las muchachas llevan lazos rojos. Carruajes llenos de banderas rojas
y republicanas, canciones y coplas, griterío ensordecedor. A mi la cabeza
ya no me resiste más. Hoy me parece una carnavalada. ¡Quiera Dios
que mañana vuelva toda esa gente a trabajar!. Hasta ahora no hay más
que alegría, pero si se torciera, el gesto de esa gente daría miedo.
En palacio, desde antes de salir el rey, está la bandera republicana. El
gentío por plazas y calles es enorme. Los monumentos todos están
con banderas republicanas. Isabel la Católica, en la cruz, levanta también
la bandera. ¿Pobre señora, ¿quién se lo iba a decir?!.
En mí, la curiosidad puede más que el miedo y quiero verlo todo.
El
auto nuestro sirvió para llevar desde la casa de Miguel Maura a Gobernación,
a algunos miembros del Gobierno provisional. Miguel, el chófer, dijo al
volver: "¡Me gustaría que me hubieran visto en Barcelona"!.
El negocio mío, nulo. Ayer por la tarde ingresamos ochenta pesetas. Del
brazo estoy mejor.
Margarita
Abundando
en lo que se ha dicho, la Xirgu grita más de una vez: ¡Viva la República!.
El primer grito se produjo días más tarde de proclamarse la República,
Margarita saludó a Manuel Azaña en las puertas del Teatro Muñoz
Seca con un: ¡Viva la República!
El 19 de mayo de 1931 en una
carta desde el Hotel Nacional de Madrid, dirigida de nuevo a su hermano, refiriendose
a "Fermín Galán" de Rafael Alberti, dice: "Tengo
en mí poder dos actos y el primer cuadro del acto tercero, faltan dos cuadros,
el del fusilamiento y el de la proclamación de la República ...
Si volviera la monarquía tendría que irme con mi compañía
al extranjero. La suerte está echada. ¡Viva la República!"
La
Xirgu es condecorada por el Gobierno de la República. En 1.932 con motivo
de las fiestas de la República se celebró en el Teatro Español
de Madrid una función de gala, en la que se representó un entremés
de Quiñones de Benavente y el auto "El gran teatro del mundo",
de Pedro Calderón de la Barca; en un entreacto Margarita Xirgu recibió
junto a Enric Borràs la "insignia de la encomienda de la Orden de
la República Isabel la Católica" de manos de Azaña;
otras fuentes aseguran que la entrega se produjo en un entreacto de "Yerma"
el 2 de febrero de 1935, también en el Teatro Español.
La amistad
con los hermanos Lola y Cipriano Rivas Cherif, como también con Manuel
Azaña, la condicionan con sus inclinaciones republicanas.
Margarita
Xirgu tampoco es militante socialista, pero sus preferencias son de izquierdas,
apoyando siempre a los más desvalidos. El 20 de octubre de 1932 la Xirgu
participa en el festival artístico celebrado con motivo de XVII Congreso
de la UGT.


El 6 de octubre de 1935, con motivo del primer
aniversario de la Revolución de Asturias, la sección de Literatura
y Bellas Artes del Ateneo Enciclopédico Popular, en colaboración
con otros ateneos de Barcelona, organizó una conferencia-recital de Federico
García Lorca, con la participación de Margarita Xirgu, presidenta
honraría de la citada entidad cultural desde el 3 de agosto de 1932. Cuando
el poeta acabó su recital, apareció en el escenario la Xirgu vestida
con los colores republicanos, los espectadores puestos de pie, acogieron a Margarita
con una ovación interminable. Al final pudo recitar "Llanto por Ignacio
Sánchez Mejías", la última obra de Lorca.
Un día
antes de acabar la temporada de 1935 en el Teatro Barcelona con "Yerma",
la Sección Femenina del Partido Republicano de Izquierda del distrito décimo,
la nombró Presidenta Honoraria de la entidad, por ser una ciudadana leal.

El 23 de octubre de 1935 se celebra una función
popular de "Fuenteovejuna" de Lope de Vega en homenaje a la Xirgu y
con la asistencia de Lorca, pero en realidad a beneficio de los prisioneros por
los sucesos revolucionarios de octubre de 1934. Lluís Companys, Presidente
de la Generalitat y los Consejeros Vallesca y Comorera, desde el penal del Puerto
de Santa María, le envían flores a Margarita y desde el penal de
Cartagena, Ventura Gassol, Martí Barrera, Esteve y Maestros le envían
un telegrama que dice: "De corazón y de pensamiento con Usted, hermana
nuestra".

Ejemplar
del poema "La mort de l'ós" de Ventura Gassol dedicado a Margarita
Xirgu desde el penal de Cartagena, el 6 deenero de 1936.
Archivo
Jordi Rius Xirgu
En julio
de 1936 todos los diarios del mundo anuncian el estallido de la guerra y la revolución
española. Un mes después, se hace pública la trágica
noticia que conmueve el alma de las letras internacionales: los fascistas han
asesinado a Federico García Lorca, la madrugada del 19 de agosto de 1936.
En las puertas de los teatros donde actúa la compañía Xirgu
se cuelga una gran fotografía del poeta y en todas las representaciones
se guardan unos cuantos minutos de silencio en su recuerdo. El vil asesinato de
Lorca tiñe de tragedia la vida artística y la intimidad de Margarita
Xirgu. Se convierte en la sacerdotisa de la liturgia lorquiana: hasta su muerte,
incluirá las obras de Federico como base de su repertorio. Cada representación
es un homenaje al poeta.
Margarita Xirgu se convierte en la embajadora de
la República en las castigadas tierras del sur de América. Son días
de exaltación partidista, de dolor democrático por la guerra española,
preludio de la Segunda Guerra Mundial. Margarita resiste las pérfidas acometidas
de los sectores recalcitrantes, filofascistas. Encuentra, en cambio, la comunión
del público que se identifica con la lucha democrática. La posición
de la Xirgu a favor de la República legítima y democrática
irrita los sectores fascistas.
En el frente sudamericano, Margarita Xirgu
mantiene una intensa campaña antifascista. En una representación
de "Fuenteovejuna" de Lope de Vega, en el Teatro Smart de Buenos Aires,
replica la ofensiva fascista, en la escena de las imprecaciones: repudia los nombres
de Francisco Franco y Emilio Mola, reivindica su solidaridad con los combatientes
que luchan por la libertad y por la democracia, y proclama abiertamente su fe
en la victoria de la República.
Afligida por la tragedia española,
recuerda con amargura el asesinato de Lorca. Se compadece de que hayan muerto
"el milagro de Espanya", el poeta de quien ella había sido el
hada buena. Fuera de la escena, es una mujer dolorida que no puede esconder la
pena que la reseca por dentro. Recuerda con tristeza su país, que sufre
una guerra cruel provocada por los sectores reaccionarios.
En un interrogatorio
de la policía de Buenos Aires, el comisario le pregunta si es partidaria
del gobierno comunista de Valencia. Ante esta interpelación tan imparcial,
Margarita Xirgu se defiende lal mar de bien: "De momento, el gobierno de
mi país no es comunista; además, sólo hay un gobierno legítimo
y, por tanto, da igual el hecho de que esté en Valencia o en cualquier
otro sitio". El comisario vuelve con el trece son trece: quiere que firme
un papel en que se le atribuye la frase: "dice estar al lado del gobierno
que preside el general Azaña". La respuesta de la Xirgu es contundente
e incisiva: "Yo no puedo firmar eso, porque no lo he dicho. El señor
Azaña no preside ningún gobierno. Es el jefe del Estado, el presidente
de la República y no es general porque en mi país no es necesario
ser general par presidir la República. En fin, a fin de que estén
ustedes tranquilos, les diré que Margarita Xirgu es muy poca cosa, pero
que lo poco que es, está siempre al servicio de lo mejor; ahora con el
gobierno de la República, porque representa dignamente el pueblo. Y nada
más ".

En 1937 los críticos teatrales de Montevideo ofrecieron a Margarita
un homenaje, y en la escala que hizo Pau Casals, que viajaba hacia Buenos Aires,
visitó a la Xirgu. Al enterarse del homenaje que le dedicaban los críticos
uruguayos, se unió al acto. Poco tiempo después, Pau Casals y Margarita
Xirgu fueron nombrados Delegados del Gobierno Catalán en el Exilio, en
México y en Montevideo, respectivamente.

Margarita
Xirgu y Pau casals
La foto está
extraída de la biografía de Antonina Rodrigo.

Homenaje
de la prensa de Montevideo a Margarita Xirgu el 1 de setiembre de 1937.
Foto
Arxiu Nacional de Catalunya.
El
diario la Humanidad de Buenos Aires publicaba en mayo de 1938, en un artículo
sobre Catalunya al nuevo mundo: <Xirgu, y los músicos Jaume Pahissa
y Pau Casals, embajadores de arte, de cultura y de civilización, han estado
en tierras americanas nuestros representantes y los representantes de la República.
Han sabido exteriorizar con tacto, discreción y fervor nacional su identificación
con el esfuerzo de Catalunya y de los otras pueblos ibéricos ... La única
actriz peninsular que, a través de su actuación ha ensalzado la
democracia ibérica y los valores espirituales de los pueblos hispánicos,
ha sido Margarita Xirgu>>.
Margarita
se plantea suspender los contratos que tiene en América y volver a Barcelona
para inaugurar una temporada oficial. Cree que su deber es permanecer, en estos
momentos, en contacto con el pueblo. Desde Madrid, el Consejo Central del Teatro
el 14 de febrero de 1937, considera que es más conveniente que continúe
en América: "Nos parece útil señalarle con qué
placer la veríamos actuando entre nosotros, pero el Consejo entiende que
su incorporación a las actividades teatrales de nuestro país, por
importante que sea, no lo es tanto como la labor artística y política
que puede desarrollar en Sudamérica. Sus éxitos tienen, por su valor
artístico, además de su importancia intrínseca, la extraordinaria
de ser usted; a manera de representante de la España que lucha por su integridad".
La Xirgu disciplinada, acata la resolución del Consejo Central del Teatro
de Bellas Artes que presidía José Renau, el vicepresidente era Antonio
Machado, el secretario Max Aub, y los vocales: ella misma, Jacinto Benavente,
Enrique Díez-Canedo, Cipriano Rivas Cherif, Rafael Alberti y Alejandro
Casona, entre otros. El Consejo del Teatro se fundó para coordinar las
iniciativas en la zona republicana, creó las Guerrillas del Teatro, un
teatro de urgencia que presidía María Teresa León, con el
objeto de impulsar las actuaciones protagonizadas por pequeños grupos de
actores, para representar obras en escenarios reducidos e incluso en plazas, delante
de un público formado por soldados, campesinos y refugiados de otras zonas.
En
el 2º Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura,
celebrado en Madrid, Valencia, Barcelona y París, desde mayo a julio de
1937, Margarita Xirgu es homenajeada como "avanzada" antifascista en
el frente americano. Su nombre aparece en el manifiesto de adhesión al
gobierno, que la intelectualidad española y catalana firma primero en noviembre
de 1937 y después en 1938; como ya ha figurado también en el manifiesto
premonitorio "contra la guerra y el fascismo, para la cultura y la libertad"
del año 1935. Desde América, la Xirgu envía mensajes de apoyo,
se adhiere a los homenajes dedicados a Lorca, colabora en campañas de solidaridad
y, sin ambigüedades, toma partido a favor de la República. Con motivo
de los bombardeos que sufre Madrid, suscribe la condena al fascismo integrada
en el Frente de Acción para la Defensa de la Cultura con el manifiesto
que fue el acta de nacimiento de la Sección Catalana de la Alianza de Intelectuales
Antifascistas, a la que pertenecía Margarita Xirgu y con motivo también
de los salvajes bombardeos que sufre Barcelona en marzo de 1938, Margarita manifiesta
públicamente su dolor y su condena. Su ayuda a las colonias de niños
refugiados de España, es también incansable.
En 1941 el "tribunal
de Responsabilidades Políticas" del gobierno del dictador Franco,
condena en Margarita Xirgu a la confiscación de todos sus bienes y el extrañamiento
a perpetuidad. Ella, estando en Chile, se entera el mismo año por la prensa
que difunde la noticia por todos los países de América.
El franquismo
censuró su nombre en teatros, diarios y libros de texto. Se convirtió
en una persona "expulsada, expropiada, expoliada y explotada"
Margarita
Xirgu no fue comunista sino claramente republicana, como lo resalta en una entrevista
en Buenos Aires el julio de 1939 hecha por el pintor Ramón Subirats: <Lenin
era un hombre de mucho talento; pero no creo en el pueblo ruso... No olvide que
el que está sucediendo ahora allí es fruto de la cultura que elaboran
los hombres del siglo pasado... Nada no se improvisa... Hay, actualmente, muchos
intereses en juego que claman contra un solo nombre: "comunismo"! No
obstante, el argumento es otro. Hay mucho dolor en el mundo... Mucha gente que
sufre... Por qué esta obstinación a desviar lo esencial del problema
y echar el muerto a una palabra que se quiere darle significado destructivo? La
conciencia clama al cielo!... Y yo tengo fe absoluta! En el asunto de España
soy governista. Y no paso porque sea amiga personal de Azaña, sino porque
me siento republicana. Cuando ocho meses antes de la guerra, salí de la
península, ya se notaba este antagonismo. La gente se odiaban unos a otras...
Todo lo que ha pasado flotava en el ambiente... Se presentía algo horrible
ya. Aquí nos miramos con malos ojos a los leales, verdad?>>

A Francisco Graña
Santiago de Chile, 17 de junio de 1946
Señor don Francisco Graña
Lima (Perú)
Mi querido y buen amigo don Pancho:
Momentos antes de salir de Lima, su encantadora hija Mocha me habló de parte de usted preguntándome si pensaba o me interesaría regresar a España.
Así, de pronto, a punto de partir en el Rimac de esa hospitalaria e inolvidable tierra, era sumamente difícil contestar sin una explicación previa que aclarara mi posición respecto a la posibilidad de volver a España.
Abusando de su tan probada bondad, he de hacer un poco de historia para que juzgue usted y me diga como amigo qué es lo que considera debo y puedo hacer.
Ya en 1913, fui contratada como primera actriz por el famoso empresario americano don Faustino Da Rosa y de la cual figuraba como primer actor el gran actor español Emilio Thuillier. Me presenté en el Teatro Odeón de Buenos Aires, donde, perdone usted mi inmodestia, obtuve un gran éxito de público y prensa, interpretando grandes heroínas del teatro universal. Cumplido mi contrato, regresé a España y el éxito obtenido en la Argentina, Uruguay y Chile me animó de tal suerte que, a partir de 1914, formé compañía propia actuando permanentemente en España y América solo con breves interrupciones para descansar, hasta fines de 1939, que resolví dejar de trabajar por tiempo indeterminado. Jamás pertenecí a ningún partido político. Mi amistad con personalidades políticas fueron siempre relacionadas con el teatro, ignorando en muchos casos su ideología.
En abril de 1931 se proclamó la República: mi trayectoria artística siguió siendo la misma y, como no tenía ningún compromiso con partido alguno, lo único que me interesaba era tener la misma libertad que hasta entonces había tenido, continuando la amistad con los buenos amigos, sin reparar en ideologías políticas. Desgraciadamente, al poco tiempo de instaurada la República, los enemigos de ésta pretendieron que cambiara mi manera de proceder y emprendieron contra mi una campaña verdaderamente indigna.
Como soy mujer de lucha artística y no de lucha política, porque nunca lo fui, me sentía incómoda en mi país y resolví realizar una larga gira por América, y el 31 de enero de 1936 embarqué con mi compañía en el puerto de Santander a bordo del vapor Orinoco, de la compañía Hamburguesa, con destino a la Habana. El proyecto era permanecer allí un mes y seguir después viaje a México, pero desgraciadamente a poco de llegar a Cuba, mi primer marido falleció víctima de una anemia perniciosa.
Fue para mí un momento terrible y pensé regresar a España inmediatamente para dejar de trabajar un largo tiempo, pero la responsabilidad de una compañía de treinta personas que había salido para realizar una gira de aproximadamente dos años, me hizo sobreponer al dolor y seguí a México para cumplir el contrato que tenía para actuar en el Teatro de Bellas Artes dependiente del Ministerio de Educación. Por la desgracia ocurrida, tuve que presentarme en México un mes más tarde de lo proyectado y lo hice el 16 de abril.
Durante los meses transcurridos desde que salí de España, tuvieron lugar unas elecciones generales en que triunfó el Frente Popular y, pocos meses después, elevaron a la Presidencia de la República a don Manuel Azaña.
En la compañía venía, como asesor artístico, el escritor Cipriano Rivas Cherif, cuñado del señor Azaña, acompañado de su esposa. El señor Rivas Cherif era mi asesor artístico desde mucho antes de la República y actuó como actor de mi compañía, en la temporada de 1927-1928, en el Teatro Fontalba de Madrid.
Al ser elevado el señor Azaña a la Presidencia de la República, se interesó por el regreso a España de sus hermanos políticos y éstos decidieron hacerlo en los primeros días de julio, invitándome además el señor Rivas Cherif a que yo diera por terminada mi gira artística en México en el mes de agosto de aquel mismo año 1936 para embarcarnos en septiembre y presentarnos en octubre en el Teatro Español de Madrid. Contesté al señor Rivas Cherif mi firme resolución de continuar la gira por América y así lo hice, volviendo de nuevo a la Habana, luego a Colombia, a Lima, donde me presenté el 3 de enero de 1937, y seguí a Chile, Argentina, Uruguay, etcétera.
¿Qué motivó mi firme determinación de no regresar a España? Creo que Dios me iluminó evitándome ver con mis propios ojos la tragedia de una guerra civil espantosa en mi país. Pero, en aquel entonces, por qué no decirlo, la explicación que yo me daba a mí misma, era cierta amargura por la campaña ignominiosa que se me había hecho y no quería de ninguna manera aparecer como una actriz que necesitaba del favor de los amigos que estaban en el Gobierno para que se me diera la concesión del Teatro Español, concesión que había disfrutado en varias temporadas durante la Monarquía.
La campaña en mi contra iniciada en España tenía ya repercusión en América antes que se produjera el movimiento revolucionario; en Habana y México encontré un ambiente hostil por parte de los españoles anti-republicanos, obedeciendo sin duda órdenes de España.
Durante la Guerra Civil no hice más que permanecer fiel a un Gobierno legalmente constituido y leal con los amigos que figuraban en él. No hice otra cosa y, si dediqué alguna función a beneficio del Gobierno republicano, pedí siempre que lo recaudado se invirtiera en la compra de alimentos para los niños necesitados.
Desde fines de 1939 quedé radicada en Chile donde contraje segundas nupcias y en 1940 recibí una carta de mi administrador en Barcelona, pidiéndome enviara urgente un amplio poder a determinada persona, un viejo amigo mío procurador de los Tribunales de dicha ciudad, puesto que se me iba a procesar por responsabilidades políticas. Mi marido envió el poder acompañado de una carta y cuya respuesta fue la que sigue:
Barcelona, 16 de agosto de 1940
Señor don Miguel Ortín
Santiago de de Chile
Distinguido amigo:
Acuso recibo a la suya del día 4 a la que acompaña una escritura de poder completamente innecesaria, a mi entender, ya que, a todas las personas que me han hablado del asunto a que puede referirse pendiente ante el Tribunal de Responsabilidades Políticas, les he hecho presente mi opinión de que el asunto es completamente impopular e indefendible y que nada creo pueda hacerse, opinando que la condena puede ser grave. Yo siento hablarle así, pero no puedo hacerlo en otra forma, ya que ello repugnaría a mi conciencia de español y a mi modo de ser recto y honrado.
Mucho me satisfacen las noticias que respecto a usted me da y, con el deseo de verle pronto por nuestra querida y gloriosa España, se despide su verdadero amigo y servidor q. e. s. m.
(Firma)
Después de esta carta, no tuve más noticias que las publicadas por un cable de una agencia noticiosa en la prensa de Chile y en la de otros países americanos. La noticia daba cuenta de que yo había sido procesada y condenada por el Tribunal de Responsabilidades Políticas, a la confiscación total de mis bienes y a extrañamiento a perpetuidad.
La incautación fueron tres edificios de apartamentos, dos de ellos que pertenecían a mi difunto esposo, otro que estaba a nombre mío, la casa particular donde vivíamos en Badalona, la caja de seguridad que teníamos arrendada en el Banco Hispano Americano también de Barcelona y, en fin, la incautación fue de todos bienes conocidos.
¿Cree usted, mi buen amigo, que ante semejante atropello puedo tener deseos de volver a España siguiendo el mismo régimen que lo ha cometido y con el cual ningún amigo se atrevió a defenderme?
Después de lo ocurrido, lo que tendrían que hacer las autoridades sería averiguar los motivos que impulsaron al Tribunal de Responsabilidades para procesarme y condenarme.
No quiero molestarle más, mi querido y buen amigo. Discúlpeme por haberme extendido más de lo que pensaba, pero solo a una persona como usted me atrevería a escribirle de este asunto y mucho le agradecería me contestara unas letras cuando tenga lugar para ello.
Cariñosos recuerdos de mi marido y abrazos a su esposa, a Mocha y a usted de su buena amiga,
Margarita Xirgu
[P.S.] S / C. Renato Sánchez, 779. Santiago – Chile
El 27 de mayo de 1952 las autoridades españolas le devuelven los bienes.
Su hermano Miquel Xirgu que es profesor del Instituto del Teatro desde 1.945 habla
con su director Guillermo Díaz-Plaja y le convence para hacer las gestiones
oportunas con los organismos oficiales, para autorizar el retorno del exilio de
la Xirgu. Pero cuando todo parece arreglado, el 26 de agosto de 1.949 aparece
un artículo en el diario "Arriba" también reproducido
en "La Vanguardia Española", firmado por el periodista fascista
César González Ruano, que enfría los deseos de Margarita.
En "El Correo Catalán", el crítico José María
Junyent recuerda que "en una época estuvo desgraciadamente ligada
con elementos marxistas y no tuvo manías a matizar de rojo su labor escénica".
Margarita Xirgu conviene con su marido Miquel Ortín que haga él
solo el viaje, pues tiene miedo de que intentaran utilizarla como bandera de lo
que fuera, ya que quiere volver solamente como señora Ortín. Finalmente
a finales de agosto, Ortín viaja solo a Madrid y se entrevista con las
autoridades españolas. La casa de Badalona no vuelve a manos de la familia
de Margarita Xirgu hasta el 21 de enero de 1953.
Margarita
Xirgu fue nombrada por Josep Tarradellas, presidente de la Generalitat en el exilio
<<delegada general>> del gobierno catalán en la República
Oriental del Uruguay, con residencia en la ciudad de Montevideo. La designación
se hizo efectiva en México el 12 de agosto de 1959, de acuerdo con lo que
preveía el artículo 1 º del Decreto de la Presidencia, del
12 de mayo de 1956, publicado en el Diario Oficial de la Generalidad de Cataluña,
de junio del mismo año, sobre los nombramientos de delegados generales
y especiales en Cataluña y en los territorios donde la emigración
catalana lo justificaba. La delegación tenía como finalidad <<promoure
y coordinar las tareas que lleven a cabo las organizaciones catalanas o constituidas
por catalanes y nacionales de la República de l'Uruguai>>. Una vez
configurada la delegación de la Generalitat presidida por Margarita Xirgu,
Tarradellas agradecerle esto, con su solemnidad habitual, en una carta fechada
en Saint-Martin-le-Beau, el 8 de abril de 1960: << Es un gran honor que
nos haga con su patriótica determinación de ayudar a nuestras tareas
encaminadas a posibilitar la libertad de Cataluña. Estoy seguro de que
su gran y merecido prestigio, no sólo entre los catalanes, sino también
querido y admirado por otros pueblos, su vida al servicio de un arte y de unos
sentimientos que tanto le honran, será un estímulo constante para
a todos aquellos que luchamos por el triunfo de nuestros ideales. Por eso os digo
de nuevo muchas gracias y que los aciertos que todos aspiramos a obtener nos lleven
la libertad, la paz y el bienestar>>.
De hecho,
si Margarida Xirgu se limitó a enviar al muy honorable afectuosas postales
navideñas, el presidente en el exilio actuó con el sentido institucional
que le caracterizaba y envió, a la presidenta de la delegación uruguaya,
diversas misivas e informes en que le exponía confidencialmente las gestiones,
las entrevistas y los contactos que llevaba a cabo para mantener la dignidad de
la institución y su representatividad internacional. Lo que si es cierto,
es que Margarita Xirgu fue una gran catalanista como lo demuestran las reiteradas
colaboraciones que tuvo en el exilio con los diferentes casales catalanes de Sur
América y como presidenta de juegos florales, como los de Chile.
Algunos textos han sido extraídos de la biografía
de Francesc Foguet y de su libro "Margarida Xirgu, cartografia d'un mite.
De Badalona a Punta Ballena".
XAVIER
RIUS XIRGU
álbum
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