128.
MARGARITA XIRGU 1933-1934
La
Compañía Xirgu-Borràs acabó la temporada 1932-1933
en el Teatro Español de Madrid, con obras de género histórico,
"Doña María de Castilla" de Marcelino Domingo -entonces
ministro de Agricultura- compuesta en la cárcel durante el período
dictatorial. En el estreno el público aplaudió al autor, que se
encontraba junto al Presidente de la República y el Jefe de Gobierno, teniendo
al final de cada acto que salir al proscenio a recoger las entusiastas manifestaciones
del auditorio. Le siguió el estreno de "Doña Leonor de Aquitania"
de Joaquín Dicenta hijo, un drama romántico premiado en el certamen
Lope de Vega, instituido por el Ayuntamiento de Madrid.

Margarida Xirgu i Enric Borràs en l' homenatge a Santiago Rusiñol a Madrid, el 3 de febrer de 1933.
Foto Agencia EFE.

Foto MAE Institut del Teatre.
Con
motivo de las fiestas de la República, el 15 de abril de 1933 Margarita
Xirgu recibió junto con Enrique Borràs del Presidente Manuel Azaña,
la insignia de la encomienda de la Orden de la República, en un entreacto
del auto "El gran teatro del mundo" de Pedro Calderón de la Barca,
que se representó en el Teatro Español en una función de
gala junto con un entremés de Quiñones de Benavente. Enrique Borràs
por aquel entonces era ya también comendador de Alfonso XIII. Otras fuentes
aseguran que la entrega se produjo en el mismo lugar más tarde, el 2 de
febrero de 1935, en un entreacto de "Yerma" de Federico García
Lorca.

Insignia de la encomienda de la Orden de la República,
entregada a Margarita Xirgu y que actualmente está expuesta en el Museo
y Centro de Documentación de la Asociación General de Autores del
Uruguay (AGADU).
Foto Teatro Solís
CIDDAE
La Compañía
Xirgu-Borràs estrenó con clamoroso éxito en el Teatro Romano
de Mérida, el 18 de junio de 1933, la obra "Medea" de Lucio Anneo
Séneca, en traducción al castellano de Miguel de Unamuno. A Mérida
llegó el Presidente de la República, algunos de sus Ministros, entre
ellos el de Instrucción Pública, el Director de Bellas Artes, el
Alcalde de Madrid, el Embajador de Italia, que entregó una corona como
regalo de Roma a Mérida, y destacadas personalidades de la intelectualidad
y del arte. El teatro reunió a más de 3.000 espectadores llegados
de todas partes. En su diario personal Azaña escribió el 19 de junio:
<<Ayudaba la calidad de la tarde, suave y luminosa, transida por los rayos
del poniente. Tan sólo discordaba el silbo de los trenes; pero de todo
podía uno abstraerse, en cuanto empezó la función, y el público
entero cayó en un silencio maravilloso apenas vio aparecer en la escena
a la feroz Medea. La Xirgu ha sacado fuerzas de flaqueza física; no creía
yo que llegase a tanto... Anochecido, y estando el cielo tenue y transparente,
volaban sobre el teatro las cigüeñas. Fue el mejor momento. La escena
final -ya cerrada la noche-: el incendio, las teas, las masas corriendo por entre
la prestigiosa arquitectura, produjo un efecto fulminante. El público estalló
en aplausos clamorosos>>.

Caricatura de Antonio Bueno, de Margarita Xirgu protagonizando "Medea"
El Ayuntamiento
de Mérida nombró a Fernando de los Ríos actual Ministro d'Estado,
a Margarita Xirgu y a Enric Borràs, Hijos Adoptivos de la ciudad y las
clases obreras emeritenses les hicieron a Margarita Xirgu y a Enric Borràs
un homenaje el mismo 18 de junio.

Escrito enviado a cada nominado Hijo Adoptivo de Mèrida.
Foto
Moliné-Xirgu expo Museu de Badalona
En
el verano del 1933 Benavente y la Xirgu viajaron a Inglaterra, para asistir al
Festival Shakespeare de Stratford-on-Avon.

Margarita
Xirgu y Jacinto Benavente en el centro de la foto y a ambos lados de ellos, el
secretario del autor Pedro Hurtado y sus hijos Luis y Diego, camino a Stratford
en 1933.
Foto Biografía de Francesc
Foguet
El éxito
de "Medea" en Mèrida, no se apagó como la llama de un
momento, Margarita Xirgu la representó con escenografía de Sigfrido
Burmann, aunque no con tanta espectacularidad, en la Plaza de la Armería
del Palacio Real de Madrid y el 14 de septiembre en el Teatre Grec de Montjüic
en Barcelona con la presencia del President de la Generalitat de Catalunya Francesc
Macià y los Consellers de Cultura Ventura Gassol y de Finances Carles Pi
i Sunyer. En cuanto a este estreno, el periodista M.R.C. del periódico
"La Vanguardia" publicó a la mañana siguiente: <<
Declinaba la tarde. Y el recinto donde iba a darse una representación de
la "Medea", de Lucio Anneo Séneca, aparecía lleno de una
multitud ávida de presenciar el espectáculo. Contadas veces aquellas
gradas se vieron ocupadas por tanto concurso. Cuando se dejó sentir por
los músicos, ocultos entre el arbolado, los primeros compases de la obertura
de "Ifigenia en Aulis", de Gluck, el público, en la penumbra
del anochecer, se recogió en si mismo, como anticipándose a la emoción
de la solemnidad. Frente a él ofrecíase la escena, y en lo hondo
la orquestra; ésta, casi en sombra; en aquélla, el ingente lienzo
pétreo y desconchado, rebosante en lo alto de mullido y aterciopelado verdor,
y culebreando hacia abajo pomposa enredadera. Por único simulacro un edículo,
y a los lados sendas estatuas: el Sátiro, de Praxiteles, y el Fauno de
los platillos. De pronto, silenciosamente, Medea, con la túnica de encendido
color, a la que parecía llegar el postrer rayo de sol, así era de
inflamada, abate el cuerpo en una de las jambas. Luego se yergue; la mirada desorbitada,
es saeta perforadora, y el odio regurgita en el adolorido acento que rasga el
espacio, y lo hace estremecer. La figura de Margarita Xirgu acompasa a noble ritmo
trágico la acción. En sus brazos de finas líneas, movidos
certeramente; en sus manos, que en crispaciones oportunas y nerviosas subrayan
los momentos en que los celos y la desilución atormentan por dentro al
personaje, halla medios expresivos de convincente persuasión de las pasiones
que a ese remueven. En esto, la noche se echa encima y los focos situados en lo
alto rasgan las tinieblas y bañan en luz de oro la escena. La hechicera
Medea crece en odio, y en sus invocaciones en demanda de poder, la voz de la actriz
adquiere roncos acentos de pantera enjaulada y a la que se hurgase con un hierro
candente. Y así, en el transcurso de la obra, Margarita Xirgu mantiene
con tensión creciente aquella concepción de mujer desatinada, por
momentos enloquecida, cruel hasta lo increíble, enamorada hasta perder
el dominio de sí misma. Y cuando semeja imposible que el arrebato alcance
mayor cima, la intérprete lo supera en magníficos arranques, con
perfecta unidad en los recursos de que se vale para que la maldad del personaje
se engrandezca de cada vez más hasta rebasar los límites del horror
y salirse del linaje humano e incorporarse al prototipo de seres de tamaña
condición. De esta suerte la artista va atemperándose a la tónica
que el autor fue imponiendo a la heroína. Antojase difícil que le
sea dable a la intérprete, a pesar de los arrestos que muestra, llegar
al final sosteniendo con tal intensidad la figura; y, no obstante, alcanza subir
de punto su portentosa labor en las situaciones en que la fuerza trágica
así lo reclama. Apodérase con ello del ánimo del espectador,
y no puede éste reprimir un aplauso cerrado en escena, por ejemplo, como
la en que Medea afronta resuelta la presencia de Jasón y le inculpa de
ser cómplice de los crímenes por ella realizados, ya que le aprovecharon.
A medida que el conflicto se entenebrece, Margarita Xirgu aseguraríase
en realidad impelida por fatal destino, y en los horrendos soliloquios, y en los
silencios profundos, pone siempre un ardor que diríase de veras alimentado
por un fuego muy voraz que la consumiese. Cuando su voz se deja oir, le sale de
la garganta una gama de clamores difíciles de alcanzar y aún más
de mantener con tal fuerza y entonación. Y se llega al final, al que contribuyó
a dar solemne grandeza en la ilusión escénica de hender el espanto.
Con dificultad volverá Margarita Xirgu a superarse en ese papel. Por esto
consideramos como una función memorable esa en que ha aparecido como trágica
de altos vuelos; lo que para quien esto escriba no es ninguna revelación,
pues ya en los comienzos de la actriz, al representar "Electra", algunos
lustros atrás, hubo de complacerse en señalarlo. Y ahora llegó
a la sazón la artista. A lo que era intuición nativa, únese
al presente la madurez de la experiencia y el dominio cabal de los medios manifestativos.
Entre éstos, la nobleza magnífica del porte y la nobleza verbal,
que tanto cuadran a la tragedia, Enrique Borràs mantuvo el papel de Jasón,
y Amalia Sánchez de Ariño, digna y severa en la nodriza, que en
balde aconseja a Medea que se reporte, que no se deje llevar de las pasiones.
Es de loar, además, la presentación en conjunto. La intervención
de los coreutas fue ajustadísima en todos los aspectos; y el cuadro final,
dispuesto y movido por mano inteligente -Rivas Cherif-. Resultó impresionante,
como queriendo mayor ámbito que aquel en que se encuadraba. Y no es reducido.
La lectura de la traducción debida al señor Unamuno ha de ser provechosa.
Nos pareció que se habían dado algunos cortes al original. Se cerró
esa fiesta con los aplausos que brotaron de todo el teatro, cuando aun las llamas
de las antorchas y el fulgor del incendio resplandecían en la escena, envuelta
en las vaguedades del humo que se espaciaba y por donde cruzaba algún pajarillo,
medroso de que le turbasen la acostumbrada paz de aquel lugar>>. Sorprendentemente
otra vez se hacía referencia a los pájaros, en el final de la obra.

Programa de "Medea" en el Grec del 14 de
septiembre de 1933.
Foto Institut del
Teatre
El 29
de septiembre de 1933 Federico García Lorca tenía que embarcar en
Barcelona, acompañado del escenógrafo Manuel Fontanals, a bordo
del "Conte Grande" rumbo al Buenos Aires de la Década Infame,
para promover la puesta en escena de algunas de sus obras por la compañía
teatral de Lola Membrives y para dictar una serie de conferencias y recitales.
La Xirgu actuaba en el Teatro Poliorama de las Rambles de Barcelona y apareció
Federico en su camerino. <<¡Tengo una obra para tí!>>
exclamó Lorca a modo de saludo. Federico García Lorca quería
leerle dos actos que llevaba escritos de una nueva obra, "Yerma". <<No
-le contestó la Xirgu- no quiero escuchar esos dos actos. Prefiero que
te marches sin leérmelos. En Buenos Aires tendrás un gran éxito.
Te pedirán esa obra, te verás comprometido a darla...>> Federico
contestó: <<No, Margarita, "Yerma" es para ti y sólo
para ti>>. Y lo cumplió.

Enric
Borràs, Margarida Xirgu y Cipriano de Rivas Cherif en un homenaje en el
Ateneu.
Foto Museu de Badalona
El
10 de octubre de 1933 nombraron a Margarita Xirgu Hija Predilecta de la ciudad
de Barcelona, teniendo en cuenta la meritoria trayectoria de la actriz que tantos
días de gloria había procurado para el teatro. Le entregó
el título el Alcalde Jaume Aiguadè i Miró y el Secretario
Josep Mª Pisuñer, en presencia de Enric Borràs y otros miembros
de la Compañía Xirgu-Borràs.

Nombramiento
de Filla Predilecta de Barcelona.
Archivo Xavier
Rius Xirgu
El
22 de octubre de 1933 el Ayuntamiento de Badalona concedió a Margarita
Xirgu y a Enric Borràs la medalla de la ciudad, además a la actriz
se la proclamó Hija Adoptiva de la ciudad y tres días más
tarde se celebró como clausura del homenaje, una velada en el Teatro Zorrilla
con la representación de "Maria Rosa" de Àngel Guimerà,
con la Xirgu y Borràs en los papeles de Maria Rosa y Marcel y con los actores:
Sra. Masriera (Tomasa), Amadeu Mateu (Quirse), J. Clapés (Gapa), Camil
Costa (Bedori), Manuel Dalmau (Calau) y Lluis Capmany (Xic). En el atestado salón
de sesiones del Ayuntamiento, tuvo lugar el acto, en el que se libraron a Margarita
y a Enric Borràs la Medalla de la Ciudad. Presidió la sesión,
el Alcalde Josep Casas y Costa, que estuvo acompañado, en la mesa presidencial,
por Mariano Solá, Teniente de la Guardia Civil y Pere Sánchez, en
representación del Sometent.


Medalla
de la Ciudad de Badalona en oro, fechada con el día de la entrega a Margarita
Xirgu.
Foto Moliné-Xirgu expo Museu
de Badalona
El
28 de octubre de 1933 como inicio de la temporada 1933-1934, la Compañía
Xirgu-Borràs estrenó "Medea" en el Teatro Español
de Madrid, con una versión escenográfica de cámara a cargo
de nuevo de Sigfrido Burmann. Al exponer la obra a la luz de las baterías
perdía la grandiosidad espectacular de la naturaleza, pero en cambio permitía
apreciar con fidelidad la labor de Margarita y la pasión arrebatadora,
gestual, que infundía al trágico y legendario personaje.
El
16 de noviembre de 1933 la Compañía Xirgu-Borràs estrenó
la tragicomedia "Divinas palabras" de Ramón María del
Valle-Inclan, en el Teatro Español de Madrid. El público aplaudió
al final de todos los actos y no faltaron los disidentes. La obra tardó
veinte años a llegar a un escenario. La prodigiosa puesta en escena, debida
a la cuidada escenografía de Alfonso Rodríguez-Castelao y realizada
por Piti Bartolozzi, fue magnificada por unos figurines de exquisita y colorista
línea, y un gran movimiento escénico de la comparsa y del coro.
El 24 de marzo de 1933, Valle-Inclán ya había leído "Divinas
palabras" a la compañía en el mismo Teatro Español.
La acción se desarrollaba en ambientes rurales gallegos, en el último
tercio del siglo XIX, en San Clemente, anejo de Viana del Prior. Giraba en torno
a Laureaniño el Idiota, un enano hidrocéfalo metido en un carretón
de madera que su madre, Juana la Reina, arrastra por caminos, ventas y ferias,
explotando la exhibición del monstruo: <<¡Un bien de caridad
para el desgraciado sin luz de razón! ¡Miradlo tan falto de valimiento!>>.
Muerta Juana la Reina en un camino, el enano lo heredan los dos hermanos de la
difunta: Marica del Reino y Pedro Gailo (Enrique Borràs), marido de Mari-Gaila
(Margarita Xirgu). Se establece entonces el pleito de la explotación, porque
<<... el carretón representa un horno de pan, de pan de trigo>>.
Bastián de Caldás, Alcalde pedáneo, zanja el pleito con un
fallo salomónico: tres días para cada hermano y los domingos alternos.
Valle-Inclán terminaba la obra con una espléndida acotación,
de las muchas que menudean y bordan la tragicomedia de aldea: <<Los oros
del poniente flotan sobre la quintana. Mari-Gaila, armoniosa y desnuda, pisando
descalza sobre las piedras sepulcrales, percibe el ritmo de la vida bajo un velo
de lágrimas. Al penetrar en la sombra del pórtico, la enorme cabeza
de El Idiota, coronada de camelias, se le aparece como una cabeza de ángel.
Conducida de la mano del marido, la mujer adúltera se acoge al asilo de
la iglesia, circundada del áureo y religioso prestigio, que en el mundo
milagrero, de almas rudas, intuye el latín ignoto de las Divinas Palabras>>.
La obra no gustó mucho al público, aunque la crítica elogió
la eminente labor de Margarita Xirgu. El poeta Luis Cernuda, que fue al teatro
el segundo día de su representación, asistió a la función
con tan sólo seis espectadores.

Margarida Xirgu protagonitzando"Divinas Palabras.
Foto
Fundación March

Divinas Palabras de Ramón María del Valle-Inclán

Caricatura de Ugalde de "Divinas palabras".
El repertorio de la Compañía Xirgu-Borràs, en estas fechas,
estaba compuesto por obras representativas de diferentes épocas: "García
del Castañar" de Francisco de Rojas Zorrilla, "Don Álvaro
o la fuerza del sino" de Ángel de Saavedra, Duque de Rivas, "El
zapatero y el rey" de José Zorrilla, "Guzmán el Bueno"
de Nicolás Fernández de Moratín, "En el seno de la muerte"
de José Echegaray, "Juan José" de Joaquín Dicenta,
"Tierra baja" de Àngel Guimerà y "El abuelo"
de Benito Pérez Galdós. En homenaje a Jacinto Benavente se representaron
un ciclo de sus obras: "Gente conocida", "Alma triunfante",
"La noche del sábado", "El mal que nos hacen", "La
Cenicienta", "Alfilerazos", "La mariposa que voló sobre
el mar", "De muy buena familia", para terminar con una representación
extraordinaria de "Los intereses creados".

Azaña, Margarida Xirgu i Enric Borràs, después
de una función de "Tierra Baja" en Madrid.
Foto
El Público (cedida por Alejandro Julvez)
El
4 de enero de 1934 Carles Capdevila publicó en las páginas de "Mirador"
un artículo muy crítico sobre la situación deficitaria de
la escena catalana, cuyas dos figuras más populares de las que disfrutaba;
resultaba que habían dedicado, paradoxalmente, muy poco tiempo al teatro
en catalán: Borràs había consagrado una tercera parte de
sus 50 años de vida escénica, Margarita Xirgu por contra, había
dedicado tan solo 8 años de los 27 de actuación artística
profesional. O dicho de otra manera, la Xirgu hacía 19 años que
estaba inmersa en el teatro castellano, desde que ingresó en el Romea en
la temporada 1906-1907 y hasta su incorporación -para ya no moverse más-
en la escena española en 1914.
En 1934
después del estreno en el Teatro Español de "Ni al amor ni
al mar" de Jacinto Benavente, la Compañía Xirgu-Borràs
estrenó el 17 de marzo en el Teatro Español de Madrid, la comedia
dramática en tres actos "La sirena varada" de Alejandro Casona,
que había recibido el premio Lope de Vega. Todos los periódicos
saludaron la aparición de un destacado valor, que vino a inocular savia
nueva al decaído teatro español. Margarita Xirgu fue la sirena soñada
por su autor, el maestro dramaturgo, a la que éste dedicó su obra:
<<A Margarita Xirgu, sirena de mar y tierra>>. El 19 de junio de 1934
la Compañía Xirgu-Borràs representó "Divinas
palabras" de Valle-Inclán en el Teatro Poliorama de Barcelona y a
la mañana siguiente la Xirgu y Borràs participaron en la sesión
extraordinaria organizada por la Asociación de la Prensa de Badalona, en
la qué se representó en el Teatro Zorrilla la obra "Samuel"
de Josep Navarro Costabella, por la Compañía de Enric Lluelles.
Acompañada de Borràs, Margarita leyó poemas de Ignasi Iglesias
("El manzano viejo" y "Los leñadores"), de Joan Maragall
("La sardana") y de Frederic Soler ("La balada del herrero de corte").

Margarida Xirgu y Pedro López Lagar interpretando "La sirena varada" de Alejandro Casona
El crítico Sebastià Gasch, el 19 de julio de 1934, lamenta, en un artículo demoledor, que la Xirgu se limitara a renovar el teatro español y dejara ir a la deriva el catalán: «Margarita Xirgu sólo se preocupa de renovar el teatro castellano. Y no se acuerda del catalán, que no sólo necesita renovarse más que el castellano, sino que es el que lo necesita más del mundo. De este teatro, del nuestro, caído ahora entre las manos de una Àurea de Sarrà teatral cualquiera, la Xirgu no se acuerda ni se preocupa. Y cada año, en este tiempo, nos hace la gracia de caridad de representar cosas tan nuevas como "Mar i Cel", "Maria Rosa", "Terra baixa", "El místico", "Los viejos", "El herrero de corte ", que, según dicen las gacetillas," serán puestas en escena, representándose por los dos colosos del teatro, [Xirgu y Borràs] en lengua nativa ".»
El 17 de julio de 1934, la Compañía Xirgu-Borràs, volvió
a Badalona para reponer "El herrero de corte" de Frederic Soler, en
la segunda sesión de los Amigos del Teatro de Badalona celebrada en el
Zorrilla. La crítica badalonesa se mostró unánimemente elogiosa
con su hija adoptiva: <<Margarita Xirgu estuvo como nunca, desempeñando
el rol de la baronesa, hizo una creación inigualable>> ("Sol
Ixent"); <<lo que más sobresalió de la ejecución
de la obra, fue Margarita Xirgu en la interpretación de la baronesa, dónde
nos mostró las grandes cualidades artísticas que posee>> ("Amunt");
<<Margarita Xirgu dio un relieve y una vigorosidad extraordinaria al papel
de baronesa, lleno de vida, haciendo vibrar de emoción delante de su arte
inimitable>> ("El Eco de Badalona").

Programa de la representación del 17 de julio de 1934, de la Compañía
Xirgu-Borràs en el Teatro Zorrilla de Badalona.
Foto
Moliné-Xirgu expo Museu de Badalona
En
setiembre de 1934 se celebró el segundo festival al Teatro Romano de Mérida.
El lunes 3y el viernes 7 de setiembre la Compañía Xirgu-Borràs
representó "Medea", y el miércoles 5 y el sábado
8 "Elektra

Cartel
del segundo festival en el Teatro Romano de Mérida.
Foto
IDC Mérida
En
septiembre la Compañía Xirgu-Borràs inauguró el Teatro
Coliseum de Salamanca y la noche del 11 en la escalinata del pórtico del
Palacio Anaya de Salamanca, dieron una representación de "Medea".
Don Miguel de Unamuno presenció la representación. El viernes 15
de septiembre de 1934 la Gran Compañía Dramática Xirgu-Borràs
se presentó en el Teatre Poliorama de Barcelona con la representación
de "El alcalde de Zalamea" de Calderón de la Barca. La Compañía
estaba formada por las actrices: Margarita Xirgu, Maria Arias, Laura Bové,
Olimpia García, Adela Martínez, Pilar Muñoz, Amanda Nalda,
Isabel Pradas, Rosario Ruiz París, Amalia Sánchez Ariño y
Eloisa Vigo, y por los actores: Enrique Borràs, Fernando Aguirre, Enrique
Álvarez Diosdado, José Cañizares, Alberto Contreras, Enrique
Guitart, Pedro López Lagar, Ricardo Merino, Miguel Ortín, Fernando
Porredón y Luis Tovar. Desde el 2 hasta el 3 de octubre del mismo año,
la Gran Compañía Dramática Xirgu-Borrás actuó
en el Teatro Bretón de Logroño representando las obras "Ni
al amor ni al mar" de Jacinto Benavente y "Tierra baja" de Àngel
Guimerà. Destacaron las actrices Margarita Xirgu y Pilar Muñoz,
y los actores Enrique Borràs, Pedro López Lagar, Enrique Álvarez
Diosdado y Alberto Contreras.

Margarita
Xirgu y Enric Borràs. Cartel Eric Van den Boom
La Compañía Dramática Xirgu-Borràs, actuó en
Albacete desde el 26 hasta el 28 de octubre de 1934. El repertorio de obras representadas
fue: "El alcalde de Zalamea" de Calderón de la Barca, "Ni
al amor ni al mar" y "La noche del sábado" de Jacinto Benavente
y "Tierra baja" de Àngel Guimerà. Las actrices de la Compañía
eran: Margarita Xirgu, Isabel Pradas, Pilar Muñoz, Rosario Ruiz París,
Amalia Sánchez Ariño, Eloísa Vigo, María Arias, Carmen
Collado, Olimpia García y Amanda Nalda. Los actores eran: Enrique Borràs,
Pedro López Lagar, José Cañizares, Alberto Contreras, Enrique
Álvarez Diosdado, Enrique Guitart, Ricardo Merino, Miguel Ortín
y Fernando Porredón, con Cipriano de Rivas Cherif de asesor literario y
artístico.
A finales de octubre Margarita Xirgu inauguró la
temporada teatral de invierno, 1934-1935, en el Teatro Español de Madrid.
En noviembre como muchos anteriores años, Margarita Xirgu protagonizó
la Doña Inés del "Don Juan Tenorio" de José Zorrilla.

Caricatura de Ugalde de "Don Juan Tenorio" de José Zorrilla,
1934

Margarida
Xirgu interpretando Doña Inés al "Don Juan Tenorio".
Foto
Archivo Regional de la Comunidad de Madrid

fotos: Institut del Teatre: Escenografia Digital MAE

Al comienzo de la temporada 1934-1935, Cipriano
de Rivas Cherif se vio obligado a abandonar, por unas semanas, la dirección
de la Compañía Xirgu-Borràs, que actuaba en esos días
en el Teatro Principal de Valencia, y los posteriores ensayos de las obras programadas
para su debut en el Teatro Español. El motivo de esta forzosa interrupción
en su trabajo se debió a la detención y encarcelamiento de Manuel
Azaña, entonces Primer Ministro de la Guerra y casado con Dolores de Rivas,
acusado de promover el levantamiento de los nacionalistas catalanes, como resultado
de los hechos de octubre de 1934, después de que el Presidente Companys
proclamara la República Catalana el 6 de octubre y en los que el Gobernador
Militar, el General Batet, se negó a acatar las órdenes de la Generalitat
y con sus tropas sofocó la intentona catalanista; Manuel Azaña que
se encontraba en Barcelona fue detenido al día siguiente, acusado de complicidad
con el golpe revolucionario y fue encarcelado en el puerto de Barcelona junto
con el exministro y amigo suyo Santiago Casares Quiroga, en los barcos de guerra
Cádiz y Sánchez Barcáiztegui; Margarita Xirgu ofreció
su casa de la calle Santa Madrona de Badalona, para que pudieran hospedarse durante
una temporada, las dos amigas ilustres que tenían los maridos encarcelados:
Dolores de Rivas Cherif, la esposa de Azaña y hermana de Cipriano -en aquellos
momentos director artístico de la Compañía Xirgu-Borràs-
y Gloria Pérez, la mujer de Casares Quiroga. Cipriano acompañó
a su hermana Dolores a Barcelona, hospedándose primero en el Hotel Colón
junto con su marido y después, por deseo expreso de la actriz, en la casa
de Margarita Xirgu. Desgraciadamente al salir al comedor del Hotel Colón
algunas personas señalaron a Azaña como si se tratara de un criminal,
cosa que lo hizo retirarse con lágrimas en los ojos. Margarita también
brindó a Cipriano su casa, para que hiciera una estancia, mientras era
objeto de las invenciones de la derecha más integrista. Cuando fueron liberados
Casares Quiroga y Azaña, el 28 de diciembre de 1934, se hospedaron unos
días en la casa de la actriz, para descansar antes de emprender el regreso
a Madrid. A Azaña, uno de los artífices más significantes
de la República, los pescadores badaloneses le enviaban cestos llenos de
pescado escogido y, a su mujer, le enviaban anónimamente ramos de flores.
Los amigos y los simpatizantes de fuera le remitían obsequios y, los días
de fiesta, la casa era el centro de una inacabable procesión de visitantes,
algunos de los cuales querían comprobar in situ si aquel era el hombre
feroz que algunos querían hacer creer. No había ninguna intencionalidad
política en la acogida que dispensó Margarita Xirgu a sus amigos
Lola, Gloria, Cipriano, Santiago y Manuel, sino una sincera muestra de hospitalidad
que, con malicia, los sectores de extrema derecha tuvieron por un <<delito
político>>. En el caso de Azaña, por el cual Margarita mostraba
una veneración indecible, aun cuando habían coincidido en el teatro
y se invitaban de vez en cuando a comer juntos, pasó un hecho curioso al
producirse el movimiento revolucionario. La misma noche de la detención
de Azaña, el 7 de octubre, y sin que llegaran todavía las noticias
de la revuelta de Barcelona, la Xirgu se despertó de pronto, muy afectada
y nerviosa, en la habitación del hotel de Zaragoza dónde se encontraba,
y pidió a su marido que avisara a quien fuera para que auxiliara al expresidente,
al cual, en sueños había visto en peligro. Al regreso del director
a Madrid, la compañía se encontraba ultimando el estreno de una
obra de Jacinto Benavente titulada "La novia de nieve", un cuento de
niños que, dadas las circunstancias, había sido ensayado prescindiendo
de su asesoramiento. Como Rivas se negó a asistir al ensayo general de
este drama infantil, en cuya dirección no había participado, Margarita
Xirgu aprovechó la ocasión e invitó el 28 de noviembre de
1934, a Federico García Lorca para que a la misma hora leyera en el saloncillo
del Teatro Español, a su director artístico, el drama "Yerma",
y cuyo contenido Cipriano no conocía. Margarita Xirgu aprovechando sus
mutis, entró varias veces para ver la impresión que producía
la obra que Federico le había traído de Buenos Aires. A Rivas Cherif
no le agradó mucho. "Yerma" fue el lazo espiritual por el cual
el poeta volvió a buscar la afectuosa amistad de la actriz. En realidad,
sólo el alejamiento físico los había separado, ya que sus
mutuos sentimientos se conservaban intactos.
El
manuscrito original de "Yerma" se encuentra en el Museo Nacional de
Bellas Artes de La Habana. La primera edición fue publicada por la Editorial
Losada, a partir de un texto cedido por Margarita Xirgu y que reprodujo la versión
utilizada por Rivas Cherif para su puesta en escena el 29 de diciembre de 1934.
En la Fundación Federico García Lorca guardan una copia mecanografiada
de actor, que responde a la siguiente descripción: se trata de tres cuadernos,
con tapas y contratapas de cartulina azulada, escritos a máquina en tinta
negra los diálogos y roja las acotaciones, con correcciones, adiciones,
supresiones y fragmentos tachados a lápiz de mano ajena. La división
del drama es de tres actos y de dos cuadros cada uno. "Yerma" está
basada en el libreto de "La romería de los cornudos", un ballet-pantomima
en un acto, con música de Gustavo Pittaluga, cuyo argumento está
inspirado en una romería tradicional del pueblo de Moclín. Cada
5 de octubre, hombres y mujeres de todas las procedencias y condiciones llegaban
al santuario de Moclín a pedir hijos. Allí participaban de un ritual
al que se le atribuían claras connotaciones orgiásticas. Lorca habla
de esta romería a sus amigos Gustavo Pittaluga y Cipriano de Rivas Cherif
y de esa conversación surge la idea de trabajar juntos en el ballet. Rivas
y Lorca escribieron el libreto y Pittaluga se encargó de componer la música.
La romería que se describe en la última escena de "Yerma"
también está basada, en primer lugar, en la fiesta de Moclín
y, en segundo lugar, en el ballet-pantomima que los autores intentaron poner en
escena desde 1927 y que no llegó a estrenarse hasta el 8 de noviembre de
1933, en el Teatro Calderón de Madrid, con la Compañía de
Bailes Españoles de Encamación López ,"La Argentinita".
El
29 de noviembre de 1934 se estrenó "La novia de nieve", la comedia
de magia poético-burlesca de Jacinto Benavente. Hubo que destacar la aparición
de Isabel Pradas, bellísima y delicada criatura, una niña aún,
que en adelante trabajó al lado de la Xirgu y llegó a ser dama joven
de la compañía y una gran actriz. Tres días antes del estreno
de "Yerma", Federico García Lorca explicó a Alfredo Muñiz:
<<Margarita Xirgu es un caso extraordinario de talento; talento que se impone
a la ñoñería actual de nuestro teatro en batallas constantes
de inquietudes interpretativas. Con emoción auténtica, con fanatismo
de arte, acogió mi obra, y con ternuras maternales va cuidando día
a día, en el ritual casi religioso de los ensayos, los detalles más
nimios de su puesta en escena. Cada tarde, en la penumbra fría del escenario,
me sorprende el arte genial de Margarita con un nuevo matiz, conseguido la noche
anterior en el silencio estudiosa de sus insomnios... Tendrá en "Yerma"
un éxito grande, como siempre, como merece>>. Al ensayo general de
"Yerma" asistieron Valle-Inclán, Unamuno, Benavente, la Argentinita...
Federico reía en los entreactos como un niño. Margarita lo estrechaba
en sus brazos y acariciándole la cabeza le dijo: <<¡Que feliz
eres, Federico!>>.
El sábado 29 de
diciembre de 1934 Margarita Xirgu estrenó "Yerma" en el Teatro
Español de Madrid. Nada más alzarse el telón se oyeron gritos
contra Margarita. Los alborotadores fueron expulsados de la sala. Al terminar
la obra, el teatro se venía abajo, fue una auténtica apoteosis el
entusiamo del público. El poeta tuvo que salir al escenario. Margarita
Xirgu tan dueña de sí misma en todo momento, ocultaba su rostro
entre las manos: lloraba sostenida por Federico García Lorca. El poeta
se adelantó y pidió un aplauso para ella, para ella sola. Cuando
el telón cayó por última vez. Federico besó una y
otra vez las manos de su intérprete, mientras le decía:
-Tu mano me sacó a escena por primera vez... Tú me diste la mano
entonces y sigues dándomela...

Margarita Xirgu interpretando "Yerma".

-Ahora yo te la doy a ti -le contestó
Margarita-; cuando yo sea vieja, tú me la darás a mí. Pero
hasta entonces me escribirás muchas comedias.

Margarita Xirgu caracterizada de Yerma.
Foto
Diego Goyzueta
Durante meses "Yerma"
fue discutida. Tanto, que a las dos semanas de su estreno se habló incluso
de prohibirla por blasfémia e inmoralidad.

Yerma

Ricardo Yuste y Yerma
Algunos textos han sido extraídos de las biografías: "Margarita
Xirgu y su teatro" y "Margarita Xirgu. Una biografía" de
Antonina Rodrigo y de: "Margarida Xirgu, cartografia d'un mite. De Badalona
a Punta Ballena" de Francesc Foguet i Boreu.
XAVIER RIUS XIRGU
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