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MANUEL LINARES RIVAS Manuel Linares y Astray-Caneda
nació en Santiago de Compostela, en La Coruña, en el número
seis de la calle de Casas Reales, a las dos de la mañana del día
8 de febrero de 1866, fue político, periodista, escritor y dramaturgo.
Era hijo de de Aureliano Linares Rivas (1840-1903) y de Adela
Astray-Caneda y Álvarez-Builla. Su padre había sido periodista,
abogado, jurista y destacó desde muy joven por su vocación política
liberal, siendo elegido miembro de la Junta de Gobierno local de La Coruña
durante la Revolución de 1868. Luego sería elegido diputado con
el partido constitucional por esta misma ciudad en las elecciones de 1879 y, posteriormente,
con el partido fusionista en 1881 y 1884. Ya en su vejez, desencantado por los
fracasos e incumplimientos liberales, militaría en el partido conservador
de Cánovas, siendo elegido diputado en 1891, 1893, 1896, 1898 y 1899, y
llegando a ejercer, entre el 23 de noviembre de 1891 y el 11 de diciembre de 1892,
como ministro de Fomento, puesto desde el cual favorecería considerablemente
el desarrollo cultural y comercial de La Coruña. Fue fiscal del Tribunal
Supremo y senador vitalicio. Manuel Linares y Astray frecuentó
todo tipo de salones en su juventud. Tras estudiar Derecho, y animado por el ejemplo
de su padre, entró en política. Una sordera progresiva constituyó
un lastre, poco a poco, para sus ambiciones políticas y sociales y se fue
inclinando hacia el arte dramático, mientras fue magistrado. En 1890, a
los 24 años de edad, estrenó en Madrid el juguete en un acto "Carolinas".
Empezó como redactor en las revistas "El Resumen" y "El
Nacional" y siguió escribiendo teatro, estrenando en el Teatro de
la Princesa de Madrid el 23 de febrero de 1891, la comedia en tres actos y en
prosa "El camino de la gloria" y el 22 de diciembre de 1893, en el Teatro
Español de Madrid, la comedia dramática en tres actos y en verso
"La ciencia de los hombres". Su carrera se aletargó durante más
de ocho años, quizá por la negativa de su padre a que desarrollara
lo que se consideraba una mera afición. El 10 de octubre de 1894 se casó
con Elisa Soujol O'Connor que le animó, por el contrario, a seguir estrenando.
En 1901 publicó su primera narración "Un ilustrísimo
señor". El 31 de marzo de 1903 Manuel Linares
y Astray estrenó, en el Teatro Español de Madrid, la comedia en
tres actos y en prosa "Aire de fuera" con gran éxito de crítica
y público. Entre aplausos y al grito de "autor, autor", el público
reclamó su presencia en el escenario, mientras él se encontraba
al lado de su padre moribundo. Cuando María Guerrero y su esposo Fernando
Díaz de Mendoza -que representaban los personajes principales- explicaron
desde el escenario la razón de la ausencia del autor, el público
en masa acudió al piso de la familia Linares Rivas y, desde el balcón,
Manuel recibió el tributo silencioso de su público, mezcla de pésame
y de éxito: <<Mi primer espanto de la muerte y mi primera visión
de la gloria>>, escribió en la dedicatoria de su edición de
"El Teatro Moderno". Las tres obras anteriores, muy al gusto de Echegaray,
no se parecían en nada al tipo de teatro que inauguraba "Aire de fuera",
y por dicha razón Manuel Linares no volvió a mencionarlas nunca
más. Desde entonces, la crítica vino a considerarla su primera obra
y todas las historias de la literatura posteriores han incidido en el mismo error.
En "Aire de fuera" combinó el tema del adulterio con la proclamación
de la necesidad del divorcio, abordando también los escabrosos temas de
la infidelidad femenina, con el propósito último de enjuiciar unas
leyes obsoletas que coartaban la realización plena de la mujer. El
domingo 14 de junio de 1903, la "Revista Gallega" de La Coruña
publicó que Manuel Linares estaba dando las últimas correcciones
a la comedia en tres actos y en prosa "Mar de fondo" y que la pieza
sería entregada a la compañía de Guerrero-Mendoza, y que
la estrenarían en el Teatro Español de Madrid, la próxima
temporada. El domingo 14 de junio de 1903, se anunció, en la misma publicación,
que su juguete lírico con música de José Baldomir "La
flor de la maravilla" era próxima a ser representada y que la comedia
en dos actos y en prosa "Las buenas formas" también era próxima
a ser representada, aunque no se ha encontrado referencia de su estreno o edición. El
4 de enero de 1904, un año después de la muerte de su padre, por
quien sentía una profunda devoción, Manuel Linares y Astray solicitó
y se le concedió: "autorización para usar unidos como un solo
apellido los dos de su padre, conservando en segundo término el que por
su madre le corresponde". Así consta en el Negociado tercero de la
Dirección General de los Registros Civil y de la Propiedad y del Notariado.
Desde entonces, firmaría sus obras simplemente como Manuel Linares Rivas.
Su vida política comenzó militando en el partido Conservador, llegando
a ser Diputado a Cortes en 1904 y fue siempre un conservador volteriano. Manuel
Linares Rivas estrenó, en el Teatro Moderno, el 12 de enero de 1904 -según
otras fuentes la noche del 20 de febrero de 1905- la comedia en dos actos "La
cizaña". El 19 de febrero del mismo año estrenó, en
el Teatro Lara, la comedia en dos actos "El abolengo" en la que realizó
una crítica de la vanidad social y de las luchas y preocupaciones de clase.
El 5 de abril de 1904 estrenó, en el Teatro Español de Madrid, la
comedia en tres actos "María Victoria" en la que defendía
que el dinero no da la felicidad. El 12 de abril estrenó, en el Teatro
Español, el juguete cómico en un acto "Porque sí"
y el 11 de julio estrenó, en el Teatro Novedades de Barcelona, la comedia
en cuatro actos y en prosa "La estirpe de Júpiter". El
5 de agosto de 1904 recibió, en La Coruña, un homenaje de sus amigos
y admiradores. En la orla que acompañaba al menú, se podían
leer los nombres de las obras literarias escritas hasta ese momento y que llevaban
por título: "El camino de la gloria", "Aire de fuera",
"El abolengo", "María Victoria", "Porque sí"
y "La estirpe de Júpiter". Excepto las dos primeras todas las
demás fueron publicadas en 1904. El menú -al que me refiero- estuvo
acorde con la vida de Manuel Linares Rivas: rápido de preparar, fácil
de digerir, cómodo de pagar y en la mejor época del año,
en las vacaciones de agosto. 
Menú de homenaje a Manuel Linares Rivas del 5 de agosto
de 1904. Foto Historia Cocina 
Menú de homenaje a Manuel Linares Rivas del 5 de agosto de 1904. Foto
Historia Cocina El 7 de
diciembre de 1904 Manuel Linares Rivas estrenó, en el Teatro de la Comedia,
el drama en tres actos "La divina palabra". Todo lo anterior, además
de los trámites para cambiar el apellido, hacer alguna que otra foto sin
que saliese movida y viajar a la capital del reino en aquellos tortuosos transportes
de principios del siglo XX, lo hizo en el tiempo récord de siete meses.
El 22 de marzo de 1905 estrenó, en el Teatro Apolo, la zarzuela en un acto
con música de Amadeo Vives "Sangre roja" y el día 28 del
mismo mes estrenó, en el Teatro Lara, el juguete cómico en un acto
"Lo posible". El 22 de mayo de 1905 estrenó, en el Teatro Principal,
el cuadro único "El amo" y el 21 de noviembre de este mismo año
estrenó, en el Teatro Lara, el juguete cómico en un acto "En
cuarto creciente". Manuel Linares Rivas estrenó,
en el Teatro Español de Madrid, el 23 de enero de 1906 la comedia en tres
actos "El ídolo"; el 5 de febrero del mismo año estrenó,
en el Teatro Lara, la comedia en dos actos y en prosa "Bodas de plata";
el 11 de diciembre, en el Teatro Apolo, la zarzuela en un acto y tres cuadros
"La fragua de Vulcano" con música de Ruperto Chapí; el
14 del mismo mes y año, en el Teatro Español, la comedia en tres
actos "Añoranzas"; y este mismo año la comedia "El
sueño de Regina". El 17 de enero de 1907 estrenó, en el Teatro
Lara, la comedia en dos actos y en prosa "El mismo amor"; el 2 de octubre,
en el Teatro Apolo, la comedia "El rey consorte"; el 11 de noviembre,
en el Teatro Lara, la comedia en dos actos "Nido de águilas"
en la que una joven sacrifica su amor por no casarse con un plebeyo debido a las
preocupaciones de clase; y este mismo año las comedias "El arca del
Cid", "Cómo se cogen las mujeres" y "Rebeca". La
actividad teatral no se reducía exclusivamente al marco de los teatros
comerciales, sino que existían grupos de aficionados, como la Sociedad
Linares Rivas, dirigida por Santos Moreno, que en 1908 celebraba sus funciones
en el Teatro de la Princesa, en el Circo Price, en el Teatro de la Comedia o en
el Teatro Apolo. Por ello, no es de extrañar que, entre 1900 y 1938, Linares
Rivas figurase entre los dramaturgos con más éxito de público
y con mayor número de obras publicadas en las colecciones de teatro más
relevantes, como "La Farsa" o "El Teatro Moderno". El 14 de
enero de 1908 estrenó, en el Teatro Apolo y luego el 11 de febrero en el
Teatro de la Zarzuela, la zarzuela en un acto y tres cuadros, con música
de Lleó y Baldomir "Santos e meigas" y el 27 de junio, en el
Salón Regio, la comedia en un acto "Cuando ellas quieren...",
que se estrenó también como zarzuela con música de Rafael
Calleja en el Teatro Cómico, el 27 de octubre. El 15 de julio de 1908 publicó
el cuento dialogado "Querer y no querer" en la colección "Los
Contemporáneos". El 17 de julio de 1908 estrenó, en Urquiza
(Montevideo) y después el 2 de enero de 1910 en el Teatro de la Princesa
de Madrid, la comedia en tres actos "La fuente amarga", y también
estrenó en 1908, en el Teatro de la Comedia, "La buena moza",
una comedia en tres actos. El 10 de diciembre de este año publicó
el cuento "Un fiel amador". El 3 de enero de 1909
estrenó, en el Teatro Español, el paso de comedia en un acto "Lo
que engaña la verdad"; el 22 del mismo mes y año, en el Teatro
Español, la fábula escénica en tres jornadas "El caballero
lobo" que es una sátira social con personajes de fábula; y
el 8 de febrero, en el Price, la comedia lírica en tres actos con música
de Federico Reparaz (basada en su opereta) "La viuda alegre". El 20
de agosto de 1909 publicó en la colección "Los Contemporáneos"
la narración "Enrique y el alma de Enrique" y este mismo año
publicó también la narración "Mientras suena la gaita"
en la colección "Biblioteca de Escritores Gallegos", encuadernada
con "Un fiel amador", "Querer y no querer" y "Enrique
y el alma de Enrique". El 16 ó 17 de diciembre de 1909 estrenó,
en el Price, la zarzuela en tres actos, con música de Federico Reparaz
basada en la opereta vienesa "Maniobras de otoño" de Emerich
Kalman, "Guerra franca". El 29 de abril de 1910 estrenó, en el
Salón Nacional, el paso de comedia en un acto "Clavito". Este
mismo año estrenó la comedia lírica en un acto y tres cuadros
con música de Ruperto Chapí "La magia de la vida"; el
10 de diciembre, en el Noviciado, la humorada cómico-lírica en un
acto y tres cuadros con música del maestro Puchades "Huyendo del pecado";
y publicó el cuento "Lo que no vale la pena". Manuel
Linares Rivas estrenó el 20 de enero de 1911, en el Teatro Lara, la comedia
en dos actos "El buen demonio"; el 10 de febrero publicó en la
colección "Los contemporáneos" la narración "La
cobardía de los dioses"; el 30 de abril estrenó, en el Teatro
de la Princesa, la comedia en tres actos "La raza" en la que ataca cruelmente
a las jerarquías que se sirven de sus derechos heredados y a las luchas
y preocupaciones de clase; el 28 de julio publicó de nuevo en la colección
"Los Contemporáneos" la narración "La garra del tigre";
y este mismo año estrenó, en el Teatro Coliseo Imperial, la comedia
en dos actos "Las buenas intenciones"; y publicó los cuentos
"¡Las malditas ideas!" y "Las alondras". El 15 de enero
de 1912 estrenó, en el Teatro Español de Madrid, la leyenda histórica
en cuatro jornadas y en verso "Lady Godiva", que Margarita Xirgu estrenó
más tarde, el 9 de diciembre de este mismo año, en el Teatre Principal
de Barcelona con éxito de crítica y público y que la Xirgu
también representó en 1913, durante su primer viaje-gira a América
visitando Argentina, Chile y Uruguay. El 30 de enero de 1912 Manuel Linares Rivas
estrenó, en el Teatro de la Princesa de Madrid, la comedia en tres actos
"Doña desdenes", el 13 de abril en el Teatro Lara la comedia
en dos actos "Flor de los pazos", y el primero de mayo en el Teatro
Apolo el monólogo "La maja desnuda". El 4 de enero de 1913 estrenó
en el Price la opereta "El rey de las montañas", el 11 de febrero
en el Teatro Cervantes la comedia en dos actos "Camino adelante", dirigida
a encarecer el triunfo del deber sobre el egoísmo y que Margarita Xirgu
representó en repetidas ocasiones durante 1915 formando parte la obra del
repertorio de su compañía. El 24 de mayo Manuel Linares Rivas estrenó,
en el Teatro de la Comedia, la quisicosa en un acto "La razón de la
sinrazón" y el 11 de diciembre, en el Teatro Cervantes, la comedia
en dos actos "Como buitres". El 20 de febrero de
1914 estrenó, en el Teatro de la Princesa de Madrid, la comedia en tres
actos "La fuerza del mal" y el 21 de diciembre estrenó, también
en el Teatro de la Princesa, la comedia dramática en dos actos "La
garra", cuyo tema es el divorcio y en la que aboga, según los ideales
del Regeneracionismo, por la adopción de unas leyes foráneas, encarnadas
por Antonio, divorciado en los Estados Unidos, para la libre expresión
de los sentimientos. Linares Rivas apoyó el divorcio o la infidelidad,
en sus obras de tesis y "La garra" fue una de las más polémicas
o aciagas para la sensibilidad del nacional-catolicismo, al plantear problemas
candentes y espinosos del mundo burgués. Margarita Xirgu la representó
en 1915, también en 1922 y formó parte la obra del repertorio de
su compañía. Manuel Linares Rivas fue el principal
representante del denominado teatro social. Su obra encontró eco en la
crítica social, cultivando un teatro decimonónico, calificado algunas
veces como naturalista. Traicionó los intereses y privilegios de su propia
clase social, para defender los intereses sociales y políticos de la pequeña
burguesía y del proletariado. Es notable el parecido que ofrece Linares
Rivas con Campoamor en la mezcla, verdaderamente peregrina y extraña, de
doctrinas y conducta. Ambos conservadores, burgueses pacatos en la vida y, sin
embargo, en el pensamiento de sus escritos, revolucionarios y disolventes. Manuel
Linares Rivas fue un dramaturgo demoledor, medio ácrata y un rebelde que
en política tenía filiación conservadora. Fueron tiempos
de lucha contra la desigualdad, contra los privilegios de clase o corporativos,
de la búsqueda de una cultura de masas, con el deseo de abarcar en un mismo
proyecto a toda la humanidad, de comprender otras culturas, de eliminar la barrera
entre sexos con la igualdad de hombres y mujeres, de proteger a la infancia y
a los viejos, y de luchar contra el dolor y la tortura. La respuesta de Linares
Rivas, en sintonía con unas sensibilidades y valores netamente progresistas,
no se hizo esperar. La corrupción política, el caciquismo, la intransigencia
religiosa, el transvestismo liberal burgués, la desigualdad social, la
educación de la mujer, la marginación del campesino, la pobreza,
el trabajo, el europeismo o el emergente mundo capitalista son algunas de las
constantes temáticas de Linares Rivas que definen el talante ideológico
del autor y avalan su compromiso con los movimientos y reivindicaciones sociales
o políticas de entonces. Linares Rivas era un hombre de ideas, no de ideologías,
que había leído a Costa y entendía que el futuro de España
pasaba por una profunda regeneración de todas sus estructuras sociales,
políticas y económicas. Su teatro es un teatro comprometido, pero
no propugna ninguna idea política ni se adhiere a ningún partido.
Lo que pretendió fue regenerar la sociedad echando abajo los anquilosados
tabúes sociales, humanizando los códigos de la ley y mejorando las
relaciones personales entre los hombres y las mujeres. Los medios que utilizó
para llevar a cabo sus propósitos fueron sus dramas, en los cuales expuso
los males sociales y ofreció ideas para eliminarlos. Creyó en la
necesidad de cambios radicales y/o revolucionarios, y se expresó en el
carácter radical progresista del discurso político que empleó
en su teatro, o en la apuesta constante por una radical transformación
de los medios teatrales que empleó, aceptando las nuevas formas que se
producían en otras áreas de la producción artística
como el Expresionismo o el Surrealismo. Y efectivamente, en el campo de la estética
y la construcción escénica, siempre de manera mucho más práctica
que preceptiva, el teatro de Linares Rivas pareció encaminarse desde muy
pronto en una dirección distinta a la de sus compañeros realistas,
atentando abiertamente contra el verismo y la suspensión voluntaria del
descreer. Tuvo la intención de convertir la escena en un foro de controversia
sobre los problemas sociales, políticos e incluso judiciales, para los
que se ofrecían a veces soluciones más o menos avanzadas. A diferencia
de Benavente y sus "epígonos", quienes vitalizaban el teatro,
intentando convencer a un público complacido y complaciente de que sobre
el escenario se estaba dando una realidad viva y cotidiana, Linares Rivas teatralizó
la vida, consciente del valor simbólico y ritual de la escena y conocedor,
también, de su impacto y valor socio-político. De ahí la
desnudez conceptual de su escena. Ciertamente, sería absurdo situar a Linares
Rivas dentro de las corrientes vanguardistas de principios de siglo: su compromiso
social y político no se lo permitía. Esa nueva estética deshumanizada
cuya característica básica era, en lo negativo, el rechazo del realismo
y el naturalismo -formas tradicionales de una literatura directamente comprometida
con las cuestiones sociales y políticas-, iba mucho más allá
de lo que la conciencia progresista del autor podía llevarle. No obstante,
es evidente que el teatro de Linares Rivas tampoco puede medirse por el mismo
rasero realista burgués que el teatro de Benavente, Arniches, los Quintero
o los Martínez Sierra. También el teatro de Linares Rivas fue muy
diferente de lo que Unamuno entendía por realismo social, que era más
propiamente una suerte de catequesis costumbrista que no iba más allá
de la identificación del problema: <<El teatro es docente, escuela
de costumbres por ser espejo de ellas, y para enseñar al pueblo hay que
aprender primero de él>>. Las nuevas corrientes teatrales traían
nuevas ideas, nuevas propuestas de estructuración social, económica
y política que, alimentaban y señalaban el camino de una crítica
mucho más comprometida con la problemática del nuevo siglo. El
18 de marzo de 1915 estrenó, en el Teatro Eslava de Madrid, la comedia
en cuatro actos "La espuma del champagne"; el 4 de septiembre publicó
la narración "Mi cacique"; el 31 de este mes estrenó,
en el Teatro Infanta Isabel, la comedia en cuatro actos "El cardenal",
escrita en colaboración con Federico Reparaz y traducida de la obra del
mismo nombre de Luis N. Parker; y el 25 de noviembre estrenó, en el Teatro
Lara, la comedia en dos actos "Fantasmas" en la que representó
las ideas canovistas de la Restauración, a través del personaje
de Raimundo. 
Portada
de la comedia "Fantasmas". Foto Google
Images
También en 1915 estrenó
la comedia en dos actos "Los olvidados". El 1 de enero de 1916 publicó
la narración "Por curiosidad...". El 11 de febrero estrenó,
en el Teatro Español, la bufonada heroica en un prólogo y tres jornadas
"Toninadas" de un chusco antirepublicanismo. El teatro de Linares Rivas
se iba decantando cada vez más por una ideología más conservadora,
conforme la evolución política de España iba contrastando
con él y lo iba dejando atrás. El 19 de febrero de este mismo año,
publicó la novela corta "El poder de la ilusión"; el 11
de marzo estrenó, en el Teatro Apolo, el paso de comedia en un acto "El
milagro"; el 27 de mayo publicó la novela corta "El sembrador";
y en este mismo año también publicó la narración "El
crucero". 
Portada de la novela corta "El sembrador". Foto
Uniliber Durante varios años Linares Rivas fue el
dramaturgo preferido de la burguesía madrileña y provinciana. Sus
biógrafos son unánimes al mencionarlo como seguidor de los modelos
de Jacinto Benavente y escritor de obras costumbristas, con algo de fondo social.
El teatro de Linares Rivas discute problemas morales o legales, a veces considerados
pertenecientes al Naturalismo. Sus piezas dramáticas llevan al extremo,
la tendencia discursiva del teatro de Benavente. Para los que hablaban del teatro
de Linares Rivas como la vertiente áspera y bronca del teatro de Benavente,
el lenguaje escueto y exacto, y el diálogo rápido y natural, les
parecía de mal gusto. Linares Rivas pensaba que había cosas que
sólo se pueden decirse sin lindezas, sin ambages y a palo seco. Por consiguiente,
si bien es cierto que el teatro de Linares Rivas heredó del "teatro
de tesis" una intención claramente reivindicativa, también
es cierto que esa "tesis" no obedece a preocupaciones morales, sino
sociales o políticas, por lo que más propiamente cabría hablar
de "teatro de ideas" o, mejor aún y más sencillamente,
de "teatro social". Con Benavente llegaron a la escena española
los tipos de personajes que pululaban por el teatro europeo, de buen tono, refinados
y que ostentaban una cultura epidérmica. En suma, utilizaba una gama ambiental
que iba desde el refinamiento aristocrático más decadente hasta
el "charme discret de la burgeoisie". Muy por el contrario, los ambientes
de Linares Rivas pertenecen en gran medida a la pequeña burguesía
y, reflejan sus intereses y vivencias de manera bronca y áspera, en un
intento por vehicular una ideología que marcase la diferencia existente
entre sus intereses y los de las clases que integraban la oligarquía en
el poder. Los personajes de Linares Rivas son simplemente personificaciones de
los diversos aspectos defendidos por la tesis, están manipulados por el
autor y adolecen de falta de vida. Los personajes de Linares Rivas resultan acartonados,
más títeres que personas, más idea que cuerpo, más
circunstancia que psicología, en suma: poco convincentes como personas
de carne y hueso. Pero es que, precisamente desde el desacato al realismo burgués
a lo Benavente, los personajes de Linares Rivas no pretenden ser otra cosa que
lo que en realidad son y han sido siempre los personajes de la obra teatral: máscaras,
como ocurría en el primitivo teatro griego. Del mismo modo, la trama es
poco más que un argumento en ciernes, la conjunción de los diversos
aspectos que componen el argumento y por esto se le achacó una construcción
escénica pobre y mal elaborada.
Con Maeterlinck, Ibsen,
Bjomson, Strindberg, Hauptmann y Sudermann, entre otros, llegaba a España
un aire de fuera que significaba una manera distinta de entender y hacer teatro.
Ante el "alfilerazo" de la comedia burguesa "a lo Benavente",
el teatro de Linares Rivas quedaba muy lejos de aquel otro teatro realista finisecular
del más genuino tipo "burgués", un teatro: <<que
ayudaba plácidamente a la digestión de su cena al comerciante o
al empleado, permitiéndole acostarse pronto>>. El teatro de Linares
Rivas representa, visto en perspectiva histórica, la versión extremista
de la vertiente crítica burguesa y pertenece a la escuela de Benavente,
pero con una nota personal de vigor y sátira. El conocimiento de los nuevos
cauces por los que discurría la dramaturgia europea en aquellos años
y la elaboración de unos principios ideológicos, cada vez más
coherentes y de clase, hizo que pronto apareciera una crítica mucho más
certera del teatro burgués. Ya no será suficiente que el dramaturgo
encartado haga una crítica de la sociedad que muestra en sus obras su "moral",
sino que se le exige que proponga nuevas formas de conducta más justas,
que lleve a la escena personajes portadores de las ideas que debe estructurar
la sociedad del futuro y que sean rebeldes contra los convencionalismos de la
sociedad presente. Esa fue, sin duda, la intención de Linares Rivas y,
a pesar de que muchas de sus obras puedan entenderse en clave benaventina, lo
cierto es que no puede decirse con justicia que Linares Rivas fuera un imitador
de Benavente. Los separan demasiadas diferencias o antipatías. Acaso el
aliento dramático de Linares Rivas no sea tan ingenioso, hábil y
radiante como el de Benavente. Pero es más fuerte, más firme, más
varonil, y más humano de controversia. 
Retrato de Manuel Linares Rivas.
Foto
La casa de la Troya El 3 de marzo de 1917 Linares
Rivas publicó la narración "Como se adoran los novios";
el 20 de marzo estrenó, en el Teatro Apolo, el sainete en un acto "El
señor Sócrates"; el 7 de abril estrenó, en el Teatro
Lara, la comedia en dos actos "Como hormigas"; el 9 de junio publicó
la novela corta "De mujer a mujer"; el 28 de noviembre estrenó,
en el Teatro Lara, la comedia en tres actos y en prosa "Las zarzas del camino";
el 10 de diciembre estrenó, en el Teatro Odeón, el drama en tres
actos inspirado en una obra de León Tolstoi "El conde de Valmoreda";
y este mismo año estrenó también la comedia "Mis escenas
favoritas". El 17 de abril de 1918 estrenó, en el Teatro Lara, el
paso de comedia en un acto "Cada uno a lo suyo"; el 15 de junio publicó
la novela corta "La señora de Varamil"; el 19 de octubre publicó
la narración "El escalafón"; y el 30 de noviembre estrenó,
en el Teatro Infanta Isabel, la comedia en dos actos "En cuerpo y alma",
una obra de tesis en la que apoyó el divorcio y la infidelidad; y este
mismo año publicó "Cuentos de amor y de amores".
Manuel
Linares Rivas estrenó, el 15 de enero de 1919 en el Teatro Lara, la comedia
en dos actos "Cobardías", en la que la vulgaridad y el lugar
común se imponen sin contrapeso, aludiendo a la demasiada tolerancia de
los hombres honrados, que disculpan y aun fomentan las malas artes de los perdidos.
El 26 de febrero estrenó, en el Teatro de la Comedia, el arreglo escénico
en tres actos de la novela del mismo título, de Alejandro Pérez
Lugín, "La casa de la Troya" y el 28 del mismo mes estrenó,
en el Teatro Martín, en colaboración con Federico Reparaz el pasatiempo
lírico en un acto y adaptación de la obra del mismo título
de M. Fernández Palomero y Cambra Sanz "De padre y muy señor
mío". El 28 de junio publicó la novela corta "Lo fácil
que es ser feliz" y este mismo año también publicó las
narraciones "Los aventureros" y "Mis mejores cuentos". El
13 de marzo de 1920 estrenó, en el Teatro de la Comedia, el diálogo
"Una cosita que se les olvidaba"; el 23 del mismo mes estrenó,
primero en el Teatro Nacional de La Habana y después el 11 de abril de
1921 en el Teatro Lara de Madrid, la comedia en tres actos "Frente a la vida";
y estrenó el 26 de abril, primero en el Teatro Nacional de La Habana y
después el 15 de octubre del mismo año en el Teatro Lara de Madrid,
la tragedia rústica de ambiente gallego en dos actos "Cristobalón",
en la que se percibe una clara influencia de "Terra baixa" de Àngel
Guimerà; en cuya comparación sale ganando el autor catalán.
El 22 de mayo de 1921 estrenó, en el Teatro de la Princesa,
el drama en tres actos "Nuestro enemigo"; el 17 de junio estrenó,
en el Teatro Reina Victoria, el ensayo lírico en un acto con música
de Fuentes, E. y Vela y A. S. "Lo que quiero yo"; el 29 de octubre publicó
la novela corta "El hombre que lo sabía todo" y también
en 1921 fue nombrado Miembro de la Real Academia Española de la Lengua,
hasta su muerte, después de ser Académico de la Real Jurisprudencia.
El 13 de marzo de 1922 estrenó, en el Teatro de la Princesa, la tragicomedia
en tres actos "Almas brujas"; el 21 de abril estrenó, en el Teatro
Rey Alfonso, la comedia en dos actos "Lo pasado, o concluido o guardado";
y el 2 de diciembre estrenó, en el Teatro Centro de Madrid, la comedia
en tres actos "Como Dios nos hizo". Linares Rivas
estrenó, el 21 de febrero de 1923 en el Teatro Lara, la comedia rural en
tres actos "La mala ley" y el 29 de abril publicó la narración
"Entre fieras" en la colección "Los Contemporáneos".
El 28 de octubre se publicó en el diario "ABC", dentro de la
sección "Retrato y Estudio Grafológico", su dibujo-retrato
hecho por Daniel Vázquez Díaz; el 19 de diciembre estrenó,
en el Teatro Lara, la adaptación escénica de la novela del mismo
título de Pérez Lugín "Currito de la cruz"; y este
mismo año publicó, en Galicia, la narración "Laspartijas".
Retrato de Manuel Linares Rivas, realizado por Daniel Vázquez Díaz
en 1923. Foto Mapfre Arte El
28 de febrero de 1924 estrenó, en el Teatro de la Princesa, la comedia
en tres actos "La jaula de la leona"; el 29 de abril estrenó,
en el Teatro Lara, la comedia en un acto "Querer y no querer"; el 21
de noviembre estrenó, en el Teatro Eslava, la comedia en tres actos "Cuando
empieza la vida" en la que denuncia los obsoletos códigos de honor
que aún se usaban para resolver añejos litigios; el 29 del mismo
mes estrenó, primero en el Teatro Poliorama de Barcelona y después
el 30 de diciembre en el Teatro Lara de Madrid, la comedia en tres actos "El
alma de la aldea"; y el 13 de diciembre estrenó, en el Teatro Fontalba,
en colaboración con José de Elorza Urquía la tragicomedia
en tres actos "Los Rikaldy". El 18 de febrero de 1925 estrenó,
en el Teatro Infanta Isabel, la adaptación de la obra del mismo título
de Luis N. Parker "Disraeli"; el 27 del mismo mes estrenó, en
el Teatro Cómico, la comedia satírica en tres actos adaptación
de una obra de Jules Romain "Knock o el triunfo de la medicina"; el
29 de octubre estrenó, en el Teatro Lara, la comedia en tres actos adaptación
de la obra de J. Noziére "El marido de la estrella"; y este mismo
año publicó la narración "Lo difícil que es ir
al cielo".
Manuel Linares Rivas publicó el 6 de
enero de 1926 en la colección "Los Contemporáneos" la
narración "El buen caballero Pedrín Pai de los Pedreles";
el 16 del mismo mes estrenó, en el Teatro de la Princesa, la comedia en
tres actos "Primero, vivir..."; y en noviembre de este mismo año
publicó la narración "El hombre que vio en una sola jornada
a la fortuna, al amor y a la muerte". En enero de 1927 publicó la
narración "Lo que tiene papá"; el 11 de febrero en colaboración
con Emilio Méndez de la Torre estrenó, en el Teatro Lara, la comedia
en tres actos "A martillazos"; el 27 de abril estrenó, en el
Teatro Infanta Isabel, la comedia en tres actos "Lo mejor de la vida";
y el 27 de octubre estrenó, en el Teatro Lara, la comedia en tres actos
"Mal año de lobos", unos ejercicios melodramáticos desmesurados
que se centran en una Galicia telúrica demasiado convencional, sobre todo
si lo comparamos con las piezas gallegas de Valle-Inclán. El 5 de noviembre
estrenó, primero en el Teatro Principal de Zaragoza y después el
18 de febrero de 1928 en el Teatro Lara de Madrid, la comedia en tres actos "La
última novela", en la que un escritor de novelas naturalistas recoge
el fruto amargo de su mala semilla. El 31 de mayo de 1928 estrenó,
en el Teatro Lara, el paso de comedia en un acto "No hay dificultad";
el 29 de noviembre publicó la novela "La mocita pinturera"; el
5 de diciembre estrenó, en el Teatro Reina Victoria, la comedia en tres
actos "El rosal de las tres rosas"; el 27 del mismo mes estrenó,
en el Teatro Infanta Isabel, la glosa teatral de la novela del padre Coloma en
tres actos "Boy"; y este mismo año publicó la novela "Lampazo".
El primero de febrero de 1929 estrenó, en el Teatro Lara, la comedia en
tres actos "Hilos de araña" y el 21 de diciembre estrenó,
en el Teatro Reina Victoria, la comedia en tres actos "El pájaro sin
alas". 
Retrato
de Manuel Linares Rivas. Foto Google Images Linares
Rivas estrenó, el 24 de enero de 1930 en el Teatro Español, el drama
en tres actos "Sancho Avendaño", una exaltación de un
trasnochado heroísmo militar. El 13 de febrero de 1931 estrenó,
en el Teatro Infanta Isabel, la comedia en tres actos "¡Déjate
querer, hombre!"; en marzo publicó la narración "La inundación";
el 27 de octubre estrenó, en el Teatro Alcázar, la comedia en tres
actos "Todo Madrid lo sabía"; y en noviembre publicó la
narración "Lo que dicen los muertos". Los
tiempos cambiaron y el teatro tuvo dificultades. El 16 de marzo de 1932 José
María Acevedo en la publicación "Ahora", indicaba como
titular: "Linares Rivas habla de las dificultades que encuentra para estrenar
y la situación difícil del teatro. El autor de "La garra"
se duele de que ahora se le llame cavernícola cuando antes seguramente
le hubiesen llamado jabalí". Este mismo año Manuel Linares
Rivas estrenó la comedia popular "La de San Antonio de la Florida"
y la zarzuela con música del maestro Ernesto Rosillo "Campanas de
Bastábales". El 14 de enero de 1933 estrenó,
en el Teatro Beatriz, la comedia en tres actos "Eva Quintanas" y el
8 de marzo estrenó, en el Teatro de la Zarzuela, la comedia en tres actos
"Romance de fieras". El 20 de enero de 1934 estrenó, en el Teatro
Beatriz, la comedia en tres actos "Por tierra de hidalgos". En septiembre
de 1935 escribió, en su propiedad del Pazo de la Peregrina, la comedia
"Fausto y Margarita", cuyo estreno póstumo se realizó
en el Teatro Lara el 12 de febrero de 1943. Este mismo mes también terminó,
en su pazo, la comedia "El error del capitán Rubín". Hoy,
ni siquiera en La Coruña se le recuerda y su apellido tan sólo sugiere
el nombre de una de las principales avenidas de la ciudad: la Avenida Linares
Rivas -en honor a su padre Aureliano, protector y mecenas de la ciudad- o de la
estatua también de su padre, ubicada en la Rosaleda limítrofe con
los jardines de Méndez Núñez, en La Coruña, e inaugurada
por él mismo, la mañana del 10 de agosto de 1912. No obstante, más
que una falta de cultura, el olvido acusa motivos mucho más complejos.
La Coruña, pese a su larga tradición liberal progresista, cayó
muy pronto en manos de los militares golpistas, el día 24 de julio de 1936,
produciéndose un verdadero caos social, político y económico
en la vida de la ciudad que se reflejaría en el funcionamiento de la burocracia,
cuya dirección sería asumida de inmediato por falangistas y otros
afines que compensaban su incompetencia en la función pública con
su exaltación fascista. Linares Rivas tuvo antipatías personales
con Gonzalo Torrente Ballester, el cual opinaba que: <<Linares Rivas no
es un buen dramaturgo, ni un mediano poeta, ni un hombre sensible...>>.
Su obra a caballo de la incoherencia de una ideología claramente progresista
y una filiación política aparentemente conservadora, ha servido
tanto para condenarle desde la derecha como para no reconocerle desde la izquierda. Con
más de ciento cuarenta obras en su haber teatral, Manuel Linares Rivas
fue, durante todo el primer tercio del siglo XX, uno de los dramaturgos más
influyentes en el ámbito de la escena española. Adorado por el público
y mimado por la crítica, los grandes empresarios competían por estrenar
sus obras, sinónimas de éxito de taquilla, y
rara era la compañía que no incluyese en su repertorio alguna de
sus comedias. Actores y actrices de la talla de Margarita Xirgu, Emilio Thuillier,
María Tubau, María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza o
Rosario Pino, competían por encabezar el reparto de muchas de sus obras,
que eran llevadas a escena en las salas de mayor prestigio entonces, como las
del Princesa, Español, Centro, Lara, Infanta Isabel, Reina Victoria, Eslava
y Cómico. Linares Rivas estrenó 26 piezas en el Teatro Lara, 12
en el Español, 10 en el Princesa, 7 en el Apolo, 6 en el Infanta Isabel,
3 en el Reina Victoria, 3 en el Circo Price, 2 en el Beatriz, 2 en el Eslava,
2 en el Zarzuela, 2 en el Cómico, 1 en el Moderno, 1 en el Novedades, 1
en el Comedia, 1 en el Centro, 1 en el Fontalba, 1 en el Poliorama, 1 en el Alcázar,
y 1 en el Rosalía de Castro. Entre 1918 y 1931, Linares Rivas tuvo una
media de 14 obras en cartelera por temporada y 3 estrenos anuales. Pese a sus
contenidos sociales y su densidad conceptual, el teatro de Linares Rivas ha soportado
mal el paso de los años porque sacrifica la efectividad dramática
a la expresión monologal de un ideario político en el marco de un
vacuo y repetido efectismo escénico. El
8 de agosto de 1938, Manuel Linares Rivas murió a los 72 años de
edad, en su propiedad del Pazo de la Peregrina, en La Coruña; no en Madrid
el 3 de febrero de 1938 como aseguran algunas fuentes. Fue tío del actor
José María Linares-Rivas y Laguno (1901-1955). Varios manuscritos
inéditos suyos se conservan en la Biblioteca de la Diputación Provincial
de La Coruña. Algunos
textos han sido extraídos de: "El Caso de Linares Rivas. Exhumación
de una Obra Maldita" de Fidel López Criado, y de Manuel Linares Rivas:
Biografias y Vidas, y Wikipedia. XAVIER
RIUS XIRGU
álbum
de fotos 
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