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MARGARITA XIRGU 1943-1949
En
1943, dependiendo de Extensión Cultural no se encontraban a gusto y en esta temporada el presidente del Estudio Auditorio SODRE (Servicio Oficial de Difusión Radio Eléctrica) de Montevideo, que funcionaba bajo el patrocinio del Ministerio de Educación del Uruguay, invitó a Margarita para dirigir una temporada de Teatro Nacional durante tres meses, aceptó con la condición de representar un cincuenta por ciento de obras extranjeras y llevar también un cincuenta por ciento de actores españoles, condición que aceptaron, y les acompañaron en esa temporada, además de Barbero, Álvarez Diosdado, Mejuto, Bertot, Helena Cortesina, Amelia de la Torre, Isabel, Teresa Pradas y también Ontañón como escenógrafo. La pareja Amelia de la Torre y Enrique Alvárez Diosdado estaba integrada en la Compañía de Catalina
Bárcena y Díaz. También Isabel y Teresa Pradas, pertenecientes
al círculo íntimo de Margarita, se pusieron de nuevo bajo su dirección.
Margarita Xirgu sostuvo siempre una inmejorable relación con sus actores,
a pesar de su famosa dureza. Cuando se convirtieron en primeras figuras y hubieron
escalado a la cabecera de las carteleras, Margarita siguió siendo amiga
y confidente de ellos, a la que consultaron toda suerte de problemas íntimos
y escénicos. Fue madrina de sus hijos, como en los casos de los hijos de
Teresa Pradas y de los Diosdado, que de chiquillos ya se asomaron a las tablas.
La autora dramática Ana Diosdado, ahijada de Margarita, hizo el papel de
su hija en "Mariana Pineda" cuando tenía sólo cinco años.
Las obras que representaron en el SODRE fueron: "Numancia" de Miguel
de Cervantes en versión de Rafael Alberti; y como el SODRE contaba con orquesta, ballet y coros, pudieron hacer un magnífico espectáculo "Alto alegre" el drama
de Justino Zavala Muniz; "El matrimonio" de Nikolai V. Gógol
en versión de J. Vergara; "El gran teatro del mundo" de Calderón
de la Barca en versión propia de Margarita Xirgu; "El enfermo imaginario"
de Molière; "El ladrón de niños" del dramaturgo
franco uruguayo Jules Supervielle 'Sinfonía de los héroes' de Eduardo Bianchi , 'El artista y el hombre' de Clotilde Luisi y José María Podestá y "Mariana Pineda" de Federico García Lorca para celebrar el 7 de noviembre organizado por el Centro Republicano de Montevideo.
El 16 de mayo de 1943, Margarita Xirgu
presidió el consistorio de los Jocs Florals de la Llengua Catalana en Santiago
de Chile, organizados por la Agrupació Patriótica Catalana en el
Teatro Municipal de la capital chilena. Entre los moderadores habían los
escritores Cèsar August Jordana y Xavier Benguerel. Eran también,
algunos de los ganadores, de primera fila: Josep Carner por "Nabí"
(premio Fastenrath), Josep Ferrater Mora por "Les formes de la vida catalana"
(premio Concepció Rabell) y Domènec Guansé por "Ruta
d'América" (premio extraordinario de Prosa). Margarita Xirgu entregó
la Flor Natural que Pere Quart obtuvo por "Infinita fortuna de la sang...",
proclamó la Reina de los Juegos Florales y leyó el poema "Al
Crist vora la mar" de Josep Carner, merecedor de la Viola d'Or i Argent.
El acto se cerró con "Els segadors" y la "Canço nacional
de Xile", interpretados por el Orfeó Català. La fiesta acabó
con la tradicional cena de los Juegos celebrado en el Hotel Crillon, en homenaje
a la Reina y a los poetas premiados. En su discurso presidencial, Margarita Xirgu
apuntó la significación de un renacimiento exiliado: <<Si
todavía hay alguien que crea que los catalanes somos una gente malhumorada
y arisca, yo le diría: "Mirad: cuando queremos afirmar nuestra presencia,
cuando queremos que se nos escuche, ya lo veis: organizamos una Fiesta".
Y la fiesta de hoy no hace más que continuar la larga hilera resplandeciente
de las fiestas de nuestros ayeres gloriosos. No es, ciertamente, culpa nuestra,
que nuestras mejores fiestas hayan topado a menudo con extrañas incomprensiones
de las que precipitan la ruta que va de la alegría a las lágrimas,
ni que la fecunda aspiración a la alegría creadora se haya visto
lanzada al abismo de la desolación. Y es, ciertamente, una semilla de fiesta
la que sirve al corazón mismo de la desdicha más profunda. Un deseo
tenaz -esencia y nervio de una raza que no se da-, vencedor de todo mal agüero,
hace que en la pérdida sentimos ya el inicio del recobramiento y en la
tiniebla de la muerte divisamos ya la gloria de una resurrección>>.
El valor simbólico de la fiesta de los Juegos Florales en el exilio, lejos
de la patria, fue el eje central de un discurso que acababa con las sentidas palabras
siguientes: <<En la nación catalana, quizás más que
en ninguna otra, el verbo es el núcleo irreductible, la esencia íntima
y suprema. Al hablar catalán, sentimos toda la gloria pasada y futura de
Catalunya y toda la heroica tortura presente en Catalunya. Vemos todo el que hemos
perdido y sabemos que no lo podemos perder. Se ha dicho muchas veces que el lenguaje
es el alma de Catalunya. Esta Fiesta lo repite, con la alegría de poder
decir libremente aquello que sólo se puede decir en voz baja, como un terrible
secreto, en los hogares atormentados de la Patria. Terrible es nuestra pérdida;
pero nuestra desdicha grita al esfuerzo, no a la queja. Todo el destino de Catalunya
se endereza en la inexpugnable expresión de nuestra alma>>.
Santiago
Ontañón fue el encargado de realizar los decorados de "Numancia",
adaptándola a las circunstancias y vistió a los romanos de fascistas
mussolinianos. En 1937, Ontañón ya la había montado para
el Teatro de Arte y Propaganda del Estado, en el madrileño Teatro de la
Zarzuela el cual, durante los años de la Guerra Civil, funcionó
un tiempo bajo la dirección de María Teresa León en la parte
escénica y de Santiago Ontañón en la parte escenográfica.
Los valores primordiales de "El cerco de Numancia", título original
o "Numancia", según la adaptación de Alberti, que conferían
perenne actualidad, eran su profundo sentido ideológico: el pueblo entero
defendiendo su independencia hasta la muerte y la gran humanidad de sus figuras,
algunas de ellas alegóricas: España encarnada por Margarita, el
Río Duero, la Guerra, la Enfermedad, el Hambre, la Fama... El poeta andaluz
cuidó, en su versión, que la obra conservase el ejemplo cívico
en toda su grandiosidad. Para ello suprimió algunas escenas y añadió
un prólogo -parodia libre del juramento de Lisístrata y Cleónice,
las heroínas aristofanescas- con el propósito de hacer más
comprensible la llegada del Escipión en el primer acto. La puesta en escena
tuvo lugar el 6 de agosto de 1943 en el SODRE de Montevideo. Alejandro Laureiro
advirtió en el programa de mano, que se erigía en un símbolo
de la España sacrificada por el fascismo. A la espectacularidad de la tragedia,
obra de masas -en el escenario se movían 37 personajes y comparsas- contribuyeron
los elementos musicales y coreográficos, corazón y cuerpo de baile
del SODRE. La salida de Margarita Xirgu a a escena, tras su larga ausencia, fue
acogida con un interminable aplauso por un público emocionado puesto en
pie. Aparecía Margarita con amplias vestiduras y el suntuoso tocado de
la Dama de Elche. Los reiterados aplausos obligaron a Alberti a decir unas palabras
desde el proscenio. El semanario "España Republicana" de Buenos
Aires, declaró al respecto: <<Margarita, aparte de la sustancial
labor de dirección, intervino brevemente representando la figura simbólica
de España. El momento en que se la ve, en una visión maravillosa,
vestida como las españolas de la antigüedad, con un tocado semejante
al de la Dama de Elche, recitando, con dolorida voz, las estrofas en que se lloran
las amarguras de España, pero en las que se aseguran también futuros
días de gloria, tiene tal fuerza emotiva que el público queda suspenso
y conmovido. El arte de la máxima actriz española alcanza, en la
mayor simplicidad, una de sus más logradas realizaciones>>.
El 26 de agosto de 1943 Margarita Xirgu estrenó en el Estudio Auditorio
SODRE de Montevideo "Alto alegre" de Justino Zavala Muniz, sombrío
drama uruguayo en tres actos que se desarrolla en "un juego de ratas"
donde reinan el hambre, la soledad, el vicio y la degradación moral de
sus gentes. Le siguió "El matrimonio", obra de bella factura
teatral del célebre humanista Gógol, de gracia discreta, fácil
comicidad y sencilla y deliciosa estructura, burla alegre de la pequeña
burguesía rusa. En octubre, en la cartelera del SODRE apareció Molière
con la última producción de su genio: "El enfermo imaginario",
interpretado por Amelia de la Torre y Edmundo Barbero en los principales papeles.
Le siguió el auto calderoniano "El gran teatro del mundo" que
tuvo una puesta de escena suntuosa. Margarita Xirgu utilizó el prólogo
del auto "La vida es sueño", clara alusión a la formación
del mundo, como relato previo a la aparición del teatro.
El
16 de octubre de 1943 se estrenó también en el Estudio Auditorio
SODRE de Montevideo "El ladrón de niños" de Jules Supervielle,
traducida al castellano por María Teresa León y Rafael Alberti.
Le siguió "Sinfonía de los héroes: El artista y el hombre"
de Clotilde Luisi y José María Podestá, una obra de alto
contenido ideológico: la actitud del artista frente a los problemas de
la vida y a la opresión que sufre la humanidad en su lucha por el progreso
y la conquista de la libertad. Para finalizar la temporada en el Estudio Auditorio
SODRE de Montevideo le pidieron a la Xirgu que montase "Mariana Pineda"
en homenaje a Federico García Lorca. A Margarita le encantó la idea,
pero los decorados de la obra, de Salvador Dalí, se habían quemado
en Chile, al incendiarse el teatro:
-¿Tú
podrías hacer el decorado de "Mariana Pineda" para el martes?-
le propuso la Xirgu a Ontañón.
-Mire
usted, Margarita, en este momento acabo de comer, me voy al estudio, tengo allí
el techo del Teatro Solís, enorme, pero prendo papel y a pintar.
Santiago
Ontañón relató: <<Efectivamente, me pasé el
sábado y el domingo trabajando, y parte del lunes y lo empecé a
montar el martes. Como era para un solo día pinté inclusive los
regruesos de las puertas, las cortinas románticas, vamos, todos los elementos.
Y recuerdo que cuando después me tocó hacer el mismo decorado, pero
corpóreo, resultó más corpóreo el pintado. A mí
me parecía más bonito el pintado. Uno de los decorados más
bonitos que he hecho en mi vida, ha sido el del tercer acto de "Mariana Pineda".
El del jardín aquel del convento. Claro que lo hice para un escenario que
era un prodigio de elementos para hacer el decorado. Era un decorado muy sencillo
que tenía siete metros. Por un lado era una especie de alquería,
que se suponía estaba en el Albaicín, debajo y al fondo un campanil
andaluz y luego un muro blanco con unas ventanas y un ciprés negro, pegado
al muro, con la sombra pintada. Como estaba todo pintado, en una perspectiva muy
pronunciada, los actores no podían pasar de los dos primeros metros, y
daba una gran sensación, porque se levantaba el telón y teníamos
un panorama inmenso, pintado con luz. Era blanco, pero una noche oscura, profunda,
llena de estrellitas. Era sensacional, hubo un aplauso al levantarse el telón.
Fue uno de mis grandes éxitos. Pero lo importante es que yo me decía:
¿como es posible que esta mujer, que está huida del teatro, vaya
a hacer "Mariana Pineda"?. Pues bien, hizo una Mariana sensacional.
Cómo sería que allí, cuando una obra de teatro tenía
éxito, estaba en cartelera cuatro o cinco días, y la Xirgu con su
Mariana, estuvo quince. Entonces ella se dió cuenta de que tenía
cuerda para rato. Yo le decía: "Usted tiene quince o veinte años
más de teatro, que es lo suyo". El caso es que de aquí salió
la proposición de una gira por todo Uruguay. Porque es que allí
tenían adoración por ella. El Gobierno le puso un autocar grandioso
e íbamos haciendo dos comedias. Una era "El matrimonio" de Gógol,
que la interpretaba Amelia de la Torre y Edmundo Barbero, y la otra "Mariana
Pineda", para que ella trabajase un día sí y otro no. Fue una
gira triunfal. Recuerdo que cuando alguien me decía:
-Margarita
se muere.
Yo le respondía:
-Mira, Margarita hace lo que le da la
gana. Yo he visto un teatro abarrotado, llorando hombres y mujeres a lágrima
viva, sintiéndose los sollozos. Yo me acuerdo de un detalle muy de ella.
Era un teatro en el que se entraba por la sala al escenario, porque era más
cine que teatro, y entonces me acuerdo que entré y cuento: cinco espectadores,
uno de ellos gaucho, que estaba en el mismo hotel que nosotros, y le hacía
mucha gracia que yo hiciera un papel en "El matrimonio" de Gógol.
Entro yo en el camerino de la Xirgu y estaba ella arreglándose, y le digo
lo que pasa. Y ella me contesta:
-Los que han venido a verme van a ver una
"Mariana Pineda" como si fuera en el Teatro Español de Madrid.
Entonces ocurrió la sorpresa. Durante este rato que estuvimos hablando,
el teatro se llenó. Entro como un aluvión de gente, entonces ella,
que esperaba al levantar el telón ver un teatro con unas cuantas personas,
lo vió abarrotado e hizo una Mariana de antología. Los momentos
finales de la obra eran delirantes. Aquello no era ni un latiguillo, ni un final
de oración, sólo sé que el teatro se venía abajo.
¡Qué misterio el de aquella mujer! Porque ella sabía arrancar
una ovación cuando quería. Recuerdo en Lima, con el Presidente de
la República, que era poeta, don José Gálvez. Era un viejo
adorable, todo vestido de blanco. Solía ir por el camerino a charlar con
nosotros. Un día que ensayábamos, Margarita se dió cuenta
del arrobo con que la escuchaba el poeta, y dijo aquello del "Cuchillito",
que válgame Dios cómo dijo aquello. El pobre decía: ¡Pero
qué monstruo es esta mujer!", era algo inimaginable>>.
Rafael
Alberti escribió para Margarita Xirgu "La gallarda" en 1943,
pero cuando la hubo leído le dijo: <<Mira Rafael, la comedia me gusta,
pero no la voy a poder hacer, porque yo ya no puedo ser la protagonista de una
obra que se llama "La gallarda". Yo ya no tengo edad para tener gallardía.
Y éste es el impedimento que aunque como actriz pueda hacerlo, no tengo
físico ideal para desempeñar el papel. ¿Por qué no
me haces un papel de vieja?>>. Y Alberti le contestó: <<Bien,
te voy hacer una vieja, revieja, un adefesio>>. Otras fuentes dicen que
Margarita Xirgu no estrenó "La gallarda" por la imposibilidad
de reunir a tres primeros actores que la obra exigía. Alberti le escribió
entonces "El adefesio, fábula de amor y de las viejas".
Margarita
Xirgu siguió alternando el teatro con la radio. Ante los micrófonos
de Radio Nacional de Agricultura, de Santiago de Chile, dio recitales de poesía,
con obras de García Lorca, de Alberti y de Vicente Huidobro, secundada
por las principales figuras de su Compañía. En la temporada siguiente
apareció en el Teatro Municipal de Santiago de Chile. Casi todos los nombres
que componían el elenco eran gente joven, iniciada en su Escuela Dramática:
Alicia Lasanta, Lenco Franulic, Alberto y Jorge Closas, Gustavo Bertot hijo, Pablo
Walkeren y Ferry Bator.
Arturo Soria y Espinosa,
uno de los fundadores en España del FUE (Federación Universitaria
Escolar), brindó a Margarita el estreno de la farsa "El embustero
en su enredo" escrita por el malagueño exiliado, José Ricardo
Morales, en el invierno de 1941. De entrada Margarita se mostró reticente
a conocer la obra, dada la cantidad de ofertas que se veía obligada a rechazar
de jóvenes autores. Pero Arturo Soria logró convencerla de la calidad
del original. Al final, la Xirgu accedió a oír su lectura con la
condición de que si no le interesaba, a una señal acordada entre
los dos, daría por terminada la lectura. Para el acto convocó Margarita
a un tribunal de íntimos amigos y asesores: su marido Miguel Ortín,
su biógrafo Domènec Guansé, Santiago Ontañón,
Arturo Soria, José Ferrater Mora,... Al acabar el primer acto, Margarita
inmutable, le dijo a Ricardo Morales que prosiguiera, y aquella secreta señal
convenida con Soria no se produjo. Al concluir la lectura, Margarita Xirgu se
levantó ensimismada y dijo: <<¡Qué personaje! -y dirigiéndose
al autor-. Te la estrenaré enseguida>>. En esta farsa el leitmotiv
es el auto-engaño. La exuberante imaginación de Pascual, el protagonista,
va creando un mundo ficticio en torno suyo, con el que se compenetra hasta habitarlo.
Lo que en un principio es motivo de comicidad se va transformando al choque con
la realidad, en conflictiva situación para los familiares. Clara protagonizada
por la Xirgu, su esposa, y su hija Teresa, interpretada por Isabel Pradas, no
admiten las invenciones de su marido y padre, pero se ven atrapadas en ellas.
Pascual idealiza la personalidad de Clara, hasta el punto de que la mujer siente
celos de otra, su rival, ella misma. Para reconquistar el amor del marido se transforma
en la imagen ideal, creada por el "embustero". A Margarita le gustó
el papel de Clara, en donde podía desplegar su amplio registro dramático
y darle al personaje el juego escénico que requería su metamorfosis
psicológica.
Margarita Xirgu y la Editorial
Cruz del Sur creada en 1940 por Arturo Soria, bajo la dirección literaria
de José Ricardo Morales, idearon hacer una colección de los textos
clásicos que representara su Compañía bajo el título
cervantino de "Retablo de Maravillas". El proyecto era entregar a cada
espectador un ejemplar de la obra puesta en escena: <<uniendo así,
a la fiesta de la palabra y al recreo de los ojos, el goce de un texto vivificado
por la interpretación reciente>>. Querían rescatar del olvido,
el trabajo del autor y de los intérpretes, y establecer una comunicación
directa entre el personaje y el espectador. En el reparto figuraban nombres de
la Compañía de Margarita Xirgu salida de España en enero
de 1936, y de alumnos formados en su Escuela Dramática.
El
5 de mayo de 1944, Margarita Xirgu y su Compañía debutó en
el Teatro Municipal de Santiago de Chile con "Mariana Pineda" de García
Lorca. En el mismo escenario el 11 de mayo representó la farsa "El
embustero en su enredo" de José Ricardo Morales. En los ensayos que
se hacían en el Centre Català de la capital chilena, Margarita preguntaba
a menudo a Ricardo Morales, en una prueba de modestia insólita entre los
directores de escena, si estaba bien resuelta una determinada situación
o un personaje: <<Tu sabes infinitamente más que yo de teatro y eres
la que decide>> le decía Ricardo Morales. <<No -replicaba la
Xirgu-, tú eres el autor y conoces muy bien qué pretendiste hacer
en este punto>>.
Margarita Xirgu regresó a Argentina y el 8 de
junio de 1944 estrenó en el Teatro Avenida de Buenos Aires "El adefesio",
interpretando Margarita el personaje de Doña Gorgo. Los decorados fueron
realizados por Santiago Ontañón, al dictado de Rafael Alberti ya
que vivía en su casa y dibujaba con él. El papel de Margarita le
exigía actuar con barba y bigote, pero ella dijo: <<Yo no voy a salir
con barbas y bigote. Para que la gente no se ría y tome en serio el papel,
voy a suprimir el bigote, que es lo que mueve a risa al público>>.
"El adefesio" infundió tal respeto que el público la ovacionó
como nunca había hecho con ninguna otra actriz en toda Argentina. Los aplausos
duraron un cuarto de hora, hasta que Margarita pidió que cesaran, porqué
consideró que tendrían las manos destrozadas de tanto aplaudir.
Alberto Closas que en la obra tenía el papel de "El que nadie esperaba"
conservó el recuerdo de aquella noche como el más bello de su vida
profesional, y nunca pudo olvidar el momento en que Margarita Xirgu paró
la ovación, que duraba ya 15 minutos, al decir: <<Les agradezco estos
aplausos..., estos aplausos que son para mis poetas muertos>>. La prensa
dijo que: <<...más que a la artista, que reaparecía, se la
aclamaba como a un símbolo>>. El símbolo de la España
peregrina.
El 3 de octubre de 1944, Margarita
Xirgu presidió la cena organizada por la asociación Amigos de la
Revista Cataluña, en el restaurante Munich. Emocionada por las ovaciones
y las muestras de afecto recibidas, Margarita expresó su profundo pesar
por la tragedia de la Guerra de España y de la Segunda Guerra Mundial que
le habían afligido profundamente en su alma de mujer y de artista . Se
sinceró también manifestando su ferviente deseo de volver a la patria
y, en Empúries (enclave histórico de la costa catalana), honrar
la lengua materna representante en ésta, las obras maestras del teatro
clásico griego. Como tenía por costumbre, concluyó recitando
"La sardana" de Maragall y "El filador d'or" de mosén
Cinto Verdaguer, de quien dijo, que si estuviera vivo estaría de su parte.
El
24 de octubre de 1944, representó en el Teatro Avenida de Buenos Aires
"El ladrón de niños" de de Jules Supervielle y el 26 de
octubre "Bodas de sangre" de Federico García Lorca.

Programa
de "El ladrón de niños" representada en Buenos Aires por
Margarita Xirgu.
Foto Moliné-Xirgu expo
Museu de Badalona
El
3 de noviembre de 1944 estrenó en el mismo teatro "La dama del alba"
de Alejandro Casona, que se calificó como su obra más completa,
excelsa y paradigmática. La Xirgu encarnó la figura simbólica
de la dama del alba con un sentido perfecto de su labor, manteniendo al extraño
personaje de la Peregrina con singular relieve. A su lado figuraron los compañeros
habituales de Margarita, formando una comunidad artística incomparable
en aquella época por tierras de habla castellana. La escenografía
estuvo a cargo de nuevo de Santiago Ontañón. Al terminar la temporada
Margarita Xirgu inició una larga gira por Uruguay, Chile y Perú y Asunción de Paraguay.
En enero de 1945, Margarita recibió a
través de Julio Fuensalida, amigo de la familia García Lorca y autorizado
por ellos, la obra póstuma del poeta: "La casa de Bernarda Alba",
subtitulada "Drama de mujeres en los pueblos de España". Es la
pieza que, con "Bodas de sangre" y "Yerma", cierra la trilogía
emblemática del poeta y dramaturgo. Lorca la había terminado el
19 de junio de 1936, justo nada más dos meses antes de ser asesinado por
los fascistas, habiendo ofrecido solamente dos lecturas privadas: una el 24 de
junio de 1936 en casa de los condes de Yebes, a un grupo de amigos, entre los
que se encontraban Carlos Mora, Marichalar, Agustín de Figueroa, Gregorio
Marañón,... Margarita en unas declaraciones al periodista argentino
Pablo Suero, declaró: <<Marañón me dijo en Chile que
a él le había leído otra comedia terminada que destinaba
Federico para mi debut al regresar a España: "La casa de Bernarda
Alba", comedia de la que habíamos hablado muchas veces>>. La
segunda lectura tuvo lugar el 12 de julio en el domicilio del doctor Eusebio Oliver,
en Madrid. Allí estaban, entre otros amigos, Dámaso Alonso, Jorge
Guillén, Pedro Salinas y Guillermo de Torre. Adolfo Salazar, a quien también
le había leído Lorca esta obra, contó que Federico cada vez
que terminaba una escena exclamaba con entusiasmo: <<¡Ni una gota
de poesía! ¡Realidad! ¡Realismo!>>, como si su meta de
entonces fuera un teatro duro, escueto, clásico, sin el ornato lírico
que solía añadir habitualmente a sus piezas.
Escrita
para Margarita, largamente esperada, no llegó a sus manos hasta nueve años
después. La emoción de Margarita fue tan intensa que no sabía
lo qué tenía: quiso leerla en casa, sola; sin embargo, cuando se
la entregaron, no se vio capaz. Volvió a casa con su marido Miguel Ortín
y no se atrevió a tocarla, como si fuera una reliquia. Una vez leída,
supo que su papel, el de madre de las cinco hijas, era una creación preciosa.
El día que Federico García Lorca dio a conocer el primer acto de
"Doña Rosita la soltera", Margarita Xirgu le dijo que el papel
no era para ella:
-¿Era o no?
-De
sobra sabías tú que lo era ...
-Como
que lo hice para ti. Y ahora, ¿qué papel quieres que té haga?
-Un
papel de mala.
-Té lo haré
García
Lorca pensaba ya en Bernarda Alba.
Estrenada
el 8 de marzo de 1945, el éxito fue clamoroso. Después del último
¡Silencio! de Bernarda, el público que llenó a rebosar el
Teatro Avenida de Buenos Aires, estalló en aplausos dedicados al poeta
y a la actriz. La Xirgu se acercó al proscenio y, con la voz rota por las
lágrimas, exclamó: <<Él quería que esta obra
se estrenara aquí y se ha estrenado, pero él quería estar
presente y la fatalidad lo ha impedido. Una fatalidad que hace llorar a muchos
seres. Maldita sea la guerra!>>. Una avalancha de flores invadió
el escenario. Era la gratitud del público argentino hacia una artista que
se convirtió ya en un símbolo. El hermano del poeta, residente en
Nueva York, le envió un telegrama para felicitarla. De Nueva York, donde
residían los familiares del autor, llegó un cable para Margarita:
<<Emocionados sabemos cuánto corresponde usted a mantener vivo recuerdo
de mi hijo. Felicidades. Federico García>>.

Margarita Xirgu interpretando "La casa de Bernarda Alba"
"La
casa de Bernarda Alba" fue para Margarida Xirgu y para la crítica,
la obra más lograda del poeta. En recuerdo de aquella noche se puso una
placa en el Teatro Avenida de Buenos Aires. Pedro Mortheiru -el director de la
obra- y Fernando Dehesa -responsable del vestuario e iluminación- dijeron
después del estreno: <<Margarita Xirgu nos mostró el camino
que estaba tomando el nuevo teatro: parlamentos memorizados y ausencia de apuntador
(llamado consueta en Argentina), iluminación en lugar de bambalinas, vestuario
a la medida de la época en lugar de disfraces y escenografía real
en lugar de telones pintados>>.

Escena final del primer acto de "La casa de Bernarda Alba"

Margarita
Xirgu protagonitzando"La casa de Bernarda Alba".
Foto
Moliné-Xirgu
Margarita declaró
al periódico "La Nación" el día siguiente del estreno:
<<Antes coexistía en su alma el creador, que se complacía
en el trabajo de la lengua, y el hombre de teatro; con la Bernarda -así
llamaba siempre Margarita a la pieza con la cual estaba comprometida desde antes
de que existiera- llega Federico a su madurez como poeta de la acción>>.
Margarita Xirgu interpretando
"La casa de Bernarda Alba".
El 8
de junio de 1945 Margarita Xirgu representó, en el Teatro Avenida de Buenos
Aires, "El embustero en su enredo", de José Ricardo Morales , joven que hizo toda la guerra en España, y profesor entonces de la Universidad de Chile.
.
Después de ocho años de ausencia Margarita volvió a presentarse
en Lima, llevando a cabo una larga temporada de cinco meses, desde noviembre de
1945 hasta abril de 1946. El escenario teatral y cultural era entonces muy distinto
al de 1937. Habían surgido nuevas compañías y espacios teatrales,
como el Teatro del Pueblo, obra de Manuel Beltroy en 1939, aunque la propuesta
más promisoria fue la Asociación de Artistas Aficionados (AAA),
institución que habría de estar estrechamente relacionada con el
acontecer musical, danzístico y teatral limeño en los años
siguientes. Esta vez, la Compañía Dramática de Margarita
Xirgu, incluía un elenco encabezado por Amalia de la Torre, Edmundo Barbero
y Santiago Ontañón como escenógrafo, estos dos últimos
recientemente refugiados políticos de la Guerra Civil. La compañía,
contratada por Manuel Checa Solari, se presentó en los mismos teatros de
la temporada anterior, además del Teatro Ópera y una presentación
multitudinaria de "Fuenteovejuna" en la Concha Acústica del Campo
de Marte. La temporada de 1946 incluyó el exitoso estreno de "La casa
de Bernarda Alba", un recital poético, "La dama del alba"
de Alejandro Casona, "El adefesio" de Rafael Alberti y "El embustero
en su enredo" del dramaturgo español, radicado en Chile, José
Ricardo Morales. Del repertorio clásico español, repuso "Fuenteovejuna"
de Lope de Vega y "La malquerida" de Jacinto Benavente y estrenó
"Marianela" de Benito Pérez Galdós. Por último,
del repertorio contemporáneo internacional, se puso en escena por primera
vez en el Perú "El ladrón de niños" de Jean Supervielle.
A diferencia de la visita anterior, la crítica especializada en cultura
se había ampliado y enriquecido, dando la prensa una cobertura del día
a día. Con el apoyo del gobierno central, del Ministerio de Educación
y de la Municipalidad de Lima, se trató de llegar al mayor público
posible, por lo cual desde el comienzo se pusieron precios más bajos. Así
mismo, en los cinco meses que Margarita Xirgu y su Compañía estuvieron
en Lima, Trujillo y Piura, hubo un contacto mucho más fluído con
el entorno local y social. Margarita incorporó artistas locales en algunas
puestas en escena, confraternizó con el entonces vicepresidente de la República,
José Gálvez, en los camerinos del Teatro Municipal; se reunió
con artistas e intelectuales en la Peña Pancho Fierro y en la Asociación
Ínsula, dio una charla en la Asociación Nacional de Autores y Artistas
y participó en un recital poético ante los estudiantes de la Universidad
de San Marcos. Por otro lado, también abordó otros públicos
con algunas lecturas en la radio que contaron con el auspicio empresarial. Entre
muchos estudiantes, eligió a Ofelia Woloshin para interpretar el papel
de dama joven en las diversas obras de la temporada y más tarde después
de formar parte de la Compañía Dramática Española
Margarita Xirgu, se convirtió en una de las principales figuras del teatro
peruano. Carlos Gassols declaró sobre Margarita Xirgu: <<... suscitó
un entusiasmo que levantó al teatro de la postración en que lo había
sumido, en parte, el auge del cine y la proliferación de espectáculos
frívolos>>. De ese impulso brotó la fundación de los
dos organismos teatrales más eminentes del país y varios conjuntos
independientes. Además alentó a varios escritores a dedicarse al
teatro. El legado de Margarita Xirgu, en los últimos meses de 1945 y los
iniciales de 1946, fue de una efervescencia cultural a favor del teatro que permitieron
consolidar y legalizar la propuesta parlamentaria para crear el Consejo Nacional
de Teatro, la Compañía Nacional de Comedias y la Escuela Nacional
de Artes Escénicas (ENAE). Fue posible que Edmundo Barbero, Pilar Muñoz,
y Santiago Ontañón fuesen contratados por el gobierno para participar
en la ENAE y en las primeras temporadas de la Compañía Nacional
de Comedias. Las propuestas de Margarita Xirgu, en sus diversas facetas, de actriz
a empresaria, commocionaron la escena cultural nacional. La calidad estética
y su aportación profesional, fueron patentes en la elección de sus
repertorios y en la conformación de los elencos así como en las
propias puestas en escena. Cipriano de Rivas Cherif, director artístico
de muchas de sus obras, manifestó que el mayor atractivo de la Compañía
de Margarita era el repertorio: un pulso entre lo clásico y lo contemporáneo.
Para ella, en el trabajo y en la formación profesionales, la disciplina
iba de la mano con el rigor. En este sentido contribuyó al desarrollo de
un circuito "culto" de formas teatrales entonces casi inexistentes en
Lima. Margarita Xirgu concebía el espectáculo teatral desde una
perspectiva integral, que incluía lo literario, lo escénico y lo
interpretativo. En la temporada de 1946, las puestas en escena estuvieron en manos
de Santiago Ontañón. Así mismo, en Margarita no fue menor
su interés en promocionar el teatro fuera de los circuitos cultos y espacios
convencionales con medidas económicas como la rebaja en los precios, y
puestas en escena en espacios abiertos. La fuerza de Margarita Xirgu, su audacia
y perseverancia, contribuyeron a demostrar que es posible articular lo cultural
con el paradigma de la modernidad, más aun en una sociedad con procesos
de cambios fuertes. Sin duda, una circunstancia histórica cultural más
que sugerente para el Perú.
Margarita aceptó
una propuesta de Josep Maria de Sagarra para estrenarle "La fortuna de Sílvia",
en una traducción hecha por él mismo, aun cuando el proyecto finalmente
no llegó a cuajar. Del contacto que mantuvieron Sagarra y Margarita Xirgu,
dejó testimonio Domènec Guansé en una carta a Rafael Tasis,
fechada el 13 de junio de 1947 y escrita en el papel oficial del Centre Català
de Santiago de Chile: <<Ja sabia que en Sagarra era a París (S'hi
estatjà del maig al novembre de 1947, arran precisament del fracàs
de públic i de crítica de "La fortuna de Sílvia). Ho
sabia per la Margarida. En Sagarra li va escriure proposant-li l'estrena d'una
obra seva traduïda per ell mateix... La Margarida estava més aviat
favorablement impressionada i em va dir que li havia respost indicant-li que podia
trametre-li l'obra. Els seus projectes, però, actualment són molt
vagues. Ara descansa. Però qualsevol dia pot rebre proposicions que li
convinguin de Buenos Aires o de Mèxic, i aleshores no deixaria de ser una
bona oportunitat per a en Sagarra, ja que a part de les de repertori no té
obres noves en cartera. Jo no ho sé. Naturalment en Sagarra és un
home molt flonjo, però si vingués a Amèrica ¿creus
que els catalans li haurien de fer mal paper?... Jo més aviat m'inclino
pel contrari i més aviat m'agradaria veure'l per ací, passejant
amb èxit per aquestes repúbliques>>.
En 1947 da a conocer en el Teatro de Buenos Aires, del mismo Buenos Aires, a Tennessee Williams, con la obra “El zoo de cristal”, con los intérpretes Isabel Pradas, Esteban Serrador y Alberto Closas, obra que hicieron en Montevideo también y con la que también se presentaron en Santiago de Chile a mediados de febrero del pasado año. Al terminar fueron a Mendoza, Rosario, Córdoba, Santa Fe, Paraná y Mar del Plata, dando por finalizada la actuación con Serrador, puesto que se había hecho la formación en base de 'El zoo'. El 15 de octubre nos presentamos en el Teatro Argentino de Buenos Aires con Bodas de sangre, de la que dimos 83 representaciones y 32 de Rosita, terminando con un calor insoportable, el 26 de diciembre.
Margarita
regresó a Buenos Aires y el 19 de agosto de 1947 debutó en el teatro,
como así lo indica la carta que Alberto Closas envió a su hermano
José Maria:

Carta
de Alberto Closas a su hermano José María.
Copia
entregada a nuestra familia por Francis Closas, hijo de Jose María Closas.
Transcripción
de la carta:
<<Buenos Aires, 9 d'agost
1947.
Estimat Josep: Ahir vaig arribar de la meva
"tournée" i debuto el dia 19 amb la Margarida Xirgu al Teatre
Buenos Aires. Dona la casualitat que necessito un tratge vell, millor dit usat
i de color gris. Enviam, per tant aquell que vares dir que no m'anava be, jo te'n
enviaré un altre més nou, fes-ho tot seguit.
¿Com
està la dona i el nen? Petons i records de part meva. T'abraça,
Albert>>.
Durante 1948 Margarita se dedicó
preferentemente a descansar.
El 17 de marzo de 1949, Margarita Xirgu estrenó, en el Teatro Argentino de Buenos Aires, el poema dramático en tres actos "La corona de espinas" de Josep Maria de Sagarra estrenado ya en 1930. La Xirgu interpretó el papel de Marta con su Compañía Dramática Española, que contaba con Ricardo Galache como primer actor, María Gámez como dama de carácter, Isabel Pradas como dama joven y Manuel Díaz como actor cómico. El programa especificaba que la acción de la obra tenía lugar en "Solsona (Cataluña) en 1793".
El 27 de mayo de 1949, la Compañía de Margarita
Xirgu estrenó "El malentendido" de Albert Camus en el Teatro
Argentino de Buenos Aires, en una cuidada versión de Aurora Bernárdez
y Guillermo de Torre. El reparto incluyó a Margarita Xirgu como la madre,
Violeta Antier como María la esposa de Jan, Isabel Pradas como Marta la
hermana de Jan, Manolo Díaz como Jan el hijo y Arturo Roa como el viajero.
La escenografía corrió a cargo de Gori Muñoz y fue realizada
por M. Blanco Carreras. La publicación argentina "Mundo Uruguayo"
comentó el 8 de junio de 1949: <<La expresión justa, la armonización
de los tonos, los silencios elocuentes, el desplazamiento de las figuras, todo
está regido por la inteligencia vigilante de Margarita, que cuidó
de los menores detalles, para darle al conjunto el patetismo alucinante y una
sugestión irresistible. Con esta versión, Margarita Xirgu superó
en mucho sus más acabadas creaciones, confiriéndose títulos
impares en el teatro de nuestra lengua. ¡Qué fuerza persuasiva y
conmovedora y qué sinceridad artística la suya! Junto a ella brilla
otra actriz, Isabel Pradas, que en esta oportunidad realiza el trabajo más
feliz y difícil de su carrera. Dice un monólogo, hacia el final
del obra, de manera tan convincente y con emoción tan comunicativa, que
basta para consagrarla como una comedianta distinguidísima>>. El
deformado juicio que de la obra tuvo la mayoría del público levantó
tal polémica que, al tercer día del estreno, la Municipalidad de
Buenos Aires: <<entendiendo que la desoladora crudeza del tema no la hacía
apta para la escena>> suspendía su representación. La obra
fue prohibida por el gobierno de Juan Domingo Perón, porqué la consideró
propulsora del ateismo, clausurando el teatro la policía. Esta resolución
provocó la indignación de los medios intelectuales, que esperaban
la llegada de Albert Camus. El 5 de junio Los Argentores (la Sociedad General
de Autores de la Argentina) declaró: <<... fiel a un principio que
tiene por irrenunciable, sostenido siempre por él frente a toda aplicación
de censura, declara su disconformidad ante la sanción de origen municipal
que ha prohibido la representación en Buenos Aires de "El malentendido",
del escritor francés Albert Camus, cuyo legítimo prestigio literario
es ya universal. El municipio cuenta con un sistema de calificación que
previene a los espectadores y ello debía bastar a los fines del criterio
comunal con respecto a la estimación de las obras>>. La Sociedad
Argentina de Escritores hizo pública su protesta en las columnas de "Clarín".
Con el estreno la crítica se dividió. La más favorable aseguró
que Margarita Xirgu había obtenido un doble triunfo como directora y como
actriz. La más desfavorable despertó muchos recelos entre algunos
sectores visceralmente anticomunistas o peronistas, que tildaban a Margarita Xirgu
de "roja". Muchos todavía veían en ella el símbolo
de la España republicana.

Margarida
Xirgu interpretando "El malentendido" de Albert Camus.
Pocos
días después, el 13 de junio de 1949, Margarita Xirgu recibió
desde París una carta de Albert Camus: <<Querida señora: Acabo
de enterarme de la prohibición de "El malentendido" por la inteligente
censura argentina. Naturalmente, ahora pienso en Usted y estoy apenado de ver
fracasados sus anhelos y sus trabajos por una decisión inexcusable. En
primer lugar, quiero expresarle mi solidaridad y hacerle saber que para dar una
expresión a la misma, me he negado a ir oficialmente a la Argentina a dar
las conferencias previstas. Siento mucho que esta circunstancia me prive del placer
de saludarla, pero si mi viaje al Brasil se realiza, trataré de llegarme
hasta Buenos Aires, a título privado, para reunirme con mis amigos. Mientras
tanto, le expreso, querida señora, mis respetuosos sentimientos y mi admiración>>.
Margarita Xirgu decidió disolver su Compañía y regresó
a su casa de Chile, profundamente decepcionada y pensando incluso dejar el teatro
para siempre. A las pocas semanas recibió el ofrecimiento del Presidente
de la Comisión de Teatros Municipales, don Justino Zavala Muniz, para dirigir
e interpretar "La Celestina" de Fernando de Rojas, en versión
de José Ricardo Morales en el Teatro Solís, con la Comedia Nacional
del Uruguay.
Cuando Margarita Xirgu hizo planes de regreso a España,
el 26 de agosto de 1949 apareció un artículo en el diario "Arriba"
, que también fue reproducido en "La Vanguardia Española",
firmado por el periodista fascista César González Ruano, que enfrió
los deseos de Margarita y convino con su marido Miguel Ortín que hiciera
él solo el viaje, pues tenía miedo de que intentaran utilizarla
como bandera de lo que fuera, ya que quería volver solamente como señora
Ortín. Finalmente a finales de agosto, Miguel Ortín viajó
solo a Madrid y se entrevistó con las autoridades españolas, con
el fin de que el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Barcelona,
que le había impuesto a Margarita Xirgu las sanciones de confiscación
de todos sus bienes y condena al exilio a perpetuidad, le impusiera sólo
una sanción económica.
El 15 de octubre se presentaron en el Teatro Argentino de Buenos Aires con 'Bodas de sangre', de la que dieron 83 representaciones y 32 de 'Doña Rosita la soltera', terminando con un calor insoportable, el 26 de diciembre.
La representación de "La
Celestina" se produjo el 28 de octubre de 1949 en el Teatro Solís
de Montevideo. El reparto fue: Celestina (Margarita Xirgu), Melibea (Concepción-China
Zorrilla), Calixto (Horacio Preve), Sempronio (Alberto Candeau), Parmenio (Enrique
Guarnero), Elicia (Maruja Santullo) y Margot Cottens (Arensa). Decorados y vestuario:
el arquitecto César Martínez Serra. Fragmentos musicales del maestro:
J. Casal Chapí y realización de escenografía: Enrique Lázaro.
En
la sesión de 19 de septiembre de 1949, la Comisión de Teatros Municipales
aprobaba el Reglamento Orgánico de la Escuela Municipal de Arte Dramático
de Montevideo, y Margarita Xirgu fue reclamada para confiarle la dirección.
El 12 de noviembre del mismo año en un acto público celebrado en
el Teatro Solís, se inauguraba oficialmente la Escuela Municipal de Arte
Dramático (EMAD) de Montevideo bajo la dirección de Margarita Xirgu
y con la asistencia del Presidente de Uruguay (1947-1951 y 1955-1956) Luis Conrado
Batlle Berres y del Intendente de Montevideo Andrés Martínez Trueba,
más tarde también Presidente del Uruguay (1951-1954). La Xirgu fue
nombrada directora de la Escuela Municipal de Arte Dramático de Montevideo
y codirectora de la Comedia Nacional del Uruguay -creada en 1947 y con sede en
el Teatro Solís de Montevideo- en colaboración con Ángel
Curotto y Domingo Callicchio.

Margarita Xirgu y su marido Miguel Ortín, frente al Teatro Solís.
Foto foto CIDDAE Teatro
Solís
Se
preparó un plan de estudios -que fueron gratuitos para los alumnos- y las
pruebas de admisión para los cursos preparatorios, siendo el restaurado
Teatro Solís, la sede del teatro-escuela, pero manteniendo la colaboración
con la Escuela Municipal de Música y el Museo del Teatro. El 14 de noviembre
empezó la actividad docente. La Comisión de Teatros Municipales
quedó formada por: Justino Zavala Muniz (Presidente), Ovidio Fernández
Rios (Vicepresidente), Carlos Etchegaray (Secretario), César Farell (Tesorero)
y Julio Caporale Scelta (Vocal). Bajo la dirección de Margarita Xirgu,
19 profesores formaron el cuerpo de la EMAD, que estaba formado por: Margarita
Xirgu (Arte Escénico. 2º y 3º y Recitación), Josefina
Díaz (Arte Escénico. Preparatorio y 1º), Carlos María
Princivalle (Historia del Teatro. 1º y 2º. Historia del actor. 3º),
Carlos Rodríguez Pintos (Historia del Arte. 1º y 2º), José
Vallarino (Historia Complementaria. 1º y 2º), Juan Protasi (Solfeo.
1º), Tabaré Freire (Literatura Dramática Razonada.1º,
2º y 3º), Vladimir Irmann y Hiltrud K. de Zosaya (Gimnasia Rítmica.
Preparatorio, 1º y 2º), Augusto di Giuli (Gimnasia de la Voz. 1º),
Gala Chabelska (Danza. 1º, 2º y 3º), Sebastián Frasca Mónaco
(Gimnasia de la Voz. 2º), Alberto Bojorge Peña y Pedro Boretche Gutiérrez
(Castellano. Preparatorio y 1º), Hermínia Mitrano (Solfeo. Preparatorio),
Monique Nieves (Dibujo Aplicado al Arte Escénico. 1º y 2º), Cap.
Rafael Diego (Esgrima. 2º y 3º), Hugo Mazza (Dibujo. 3º), Raúl
A. Cepellini (Caracterización. 2º y 3º), Carlos Pacheco (Iniciación
Cultural. Historia. Preparatorio) y Rául Bothelo Gonzálvez (Iniciación
Cultural. Literatura. Preparatorio) y como secretarios Luis Gualco y Yolanda Cal
Etcheverry.
Se acabaron los tiempos en que la formación del actor estaba
sujeta al empirismo: la observación y la imitación, teniendo como
teoría, exclusiva casi, los inmortales consejos de Hamlet a los cómicos:
<<Recita este pasaje con soltura y naturalidad, pues si lo haces a voz en
grito, valdría más que diera mis versos al pregonero. Guárdate
también de aserrar demasiado el aire, así, con la mano...>>.
Por vez primera en la historia de la cultura uruguaya, el arte dramático
abría cátedra para formar a futuros actores, con disciplinas teóricas
y prácticas que abarcaban todas las caras del arte escénico, bajo
los democráticos principios de la gratitud y la libre admisión de
alumnos. El plan de estudios de los futuros actores era:
a) Preparatorio: Arte
Escénico, Gimnasia Rítmica, Castellano, y Lectura y Dicción.
b)
Primer Año: Arte Escénico, Gimnasia Rítmica, Solfeo, Literatura
Dramática Razonada, Historia del Teatro, Historia Complementaria, Gimnasia
de la Voz, Historia del Arte y de la Plástica, y Dibujo Aplicado al Arte
Escénico.
c) Segundo Año: Arte Escénico. Dirección,
Gimnasia Rítmica, Literatura Dramática Razonada, Historia del Teatro,
Historia Complementaria, Gimnasia de la Voz, Historia del Arte y de la Plástica,
Dibujo Aplicado al Arte Escénico y Recitación.
d) Tercer Año:
Arte Escénico. Dirección, Literatura Dramática Razonada,
Dibujo Aplicado al Arte Escénico, Historia del Actor, Caracterización
y Esgrima.
Las pruebas de admisión para los cursos preparatorios se
dividieron en cuatro partes:
Primera:
-Interpretación de una escena
de una tragedia griega (Esquilo, Sófocles o Eurípides)
-Interpretación
de una obra de un clásico español (Lope de Vega, Calderón
de la Barca, Tirso de Molina, Juan Ruíz de Alarcón,...)
-Interpretación
de una escena de comedia moderna (García Lorca, Casona, Sartre, Camus,
Pirandello, Bernard Shaw,...)
Segunda:
-Lectura que elegirá el Jurado
en el momento de la prueba
Tercera:
-Examen de cultura general (Historia,
Literatura..., de acuerdo con los estudios realizados)
Cuarta:
-Escena muda.
El aspirante, conjuntamente con las escenas comprendidas en la primera parte de
la prueba, deberá registrar, en Secretaría y por escrito, el tema
de esta escena muda.
Las clases de gimnasia rítmica quedaron a cargo
de Vladimir Irmann, formado en su infancia junto a su esposa Tamara Grigorieva,
rusa de origen como él, en la Escuela Imperial de Moscú. El Teatro
Solís, estampa romántica de Montevideo, hoy ya restaurado y acondicionado,
sería la sede del teatro-escuela. En el Solís se realizó
la colaboración con otros directores. La Escuela de Arte Dramático,
La Escuela Municipal de Música (en estudio) y el Museo del Teatro, hoy
ya una realidad, constituirían los pilares del nuevo arranque cultural
del país.
Cuando Margarita Xirgu se dirigió por primera vez a
sus nuevos alumnos, les dijo: <<Sepan los que ingresan en la Escuela de
Arte Dramático que el teatro no es una diversión. Sino un sacrificio.
Un duro sacrificio>>. A continuación se transcribe el discurso que
Margarita realizó, superadas las pruebas de admisión, a los estudiantes
del curso Preparatorio:

Discurso
de Margarita Xirgu a los estudiantes del curso Preparatorio.
Archivo
Centro de Investigación y Documentación (I+D+C) del Festival de
Mérida
<<Después
de haberles oído durante las pruebas de admisión, me es muy grato
poderles dar a todos la bienvenida. Pero se apodera de mi un temor como directora
y como profesora de esta Escuela. ¿Han meditado ustedes si verdaderamente
sienten dentro de si mismos una vocación teatral? Es en los errores que
se cometen al elegir una carrera por la que no se está dotado, que debemos
hacer hincapié, para hacer todo lo posible de evitar errores. El artista
nace, no se hace, y si esto fuera cierto, se diría ¿entonces para
qué una Escuela de Arte Escénico? Contesto yo: que si sólo
sirviera para eliminar de la escena a aquellos que no tienen ninguna condición
teatral, ya sería algo. El teatro se nutriría de los mejores y de
eso se trata. Para el alumno mejor dotado, le es muy fácil acoger en si
mismo lo que va adquiriendo en sus estudios, todo se lo apropia, aun aquello en
que difiere de su manera de ser, aun aquello que le es antagónico: todo
formará su grandeza futura, todo llegará a una unidad de perfección,
lo que era innato en él y lo adquirido. Pero el genio en el teatro necesita
de otros intérpretes. No actúa en la soledad de un estudio como
el pintor, el escultor o el músico. Necesita de intérpretes que
lo secunden, que le den la réplica, y estos son los puestos de vocación
y sacrificio. Se han preocupado ustedes en pensar si tienen arraigada una verdadera
vocación teatral, no para exhibirse presuntuosamente, sino para poner al
servicio del arte escénico, con humildad y respeto lo mejor de sus condiciones
físicas y espirituales, voz, memoria, gesto, inteligencia; ambas cosas
unidas para el triunfo de poetas y autores que con sus obras, a través
de todos los tiempos hacen que el teatro sea una de las artes más estimadas
de los públicos cultos, ya que en el teatro convergen todas las demás
artes: pintura, escultura, música, danza, todo lo que enaltece la vida
del hombre. Y si el teatro repercute en la vida de los pueblos, es por los actores
¿Cómo ir al teatro sin examinar previamente nuestra capacidad interpretativa?
En el presente curso con estudio y disciplina, podrán ustedes con la ayuda
de los profesores que la Dirección de Teatros Municipales pone a su alcance,
descubrir en ustedes vocación y condiciones, lo que hay en ustedes mismos
y lo que pueden adquirir. Quedan pues con la amiga y profesora, la ilustre actriz
Josefina Díaz y empieza el curso>>.
Un aspecto importante de la
formación del actor fue, para Margarita, el inculcar una ética personal,
sin la cual el actor quedaba como un mero transmisor de mensajes, <<brillante
por fuera y frío por dentro>>. La infatigable maestra que fue Margarita
Xirgu, exigía dedicación absoluta al teatro y predicó siempre
con el ejemplo. Creía que el músico o el escritor podían
esperar: <<Dejan su obra, quedan en ella. El triunfo del actor, en cambio,
debe ser inmediato, constante, hoy mismo. Dejarlo para luego podría ser
tarde. Nosotros, los actores, sólo contamos para triunfar con el plazo
de nuestra vida; no tenemos más tiempo por delante>>. Predisponer
y sensibilizar al futuro actor desde sus comienzos, con todos los conocimientos
y recursos del arte escénico, cualquiera que fuera la especialidad elegida,
ése era el objetivo.
José Estruch llegó a Montevideo,
tras su exilio londinense, en 1949. Ya había descubierto su fascinación
por el teatro, viendo a Margarita Xirgu interpretar "La dama boba" de
Lope de Vega en versión de García Lorca, en Barcelona en 1935. Años
más tarde, él tomaría el relevo de Margarita en la dirección
de la Escuela de Arte Dramático de Montevideo y reveló en las siguientes
declaraciones lo que supuso la actriz en las disciplinas dramáticas y en
el teatro clásico, en aquellos años en que el teatro en Uruguay,
en pleno desarrollo, necesitaba guías y maestros apasionados: <<Margarita
Xirgu potenció el teatro clásico. Ella tenía una manera especial
de decir, de plantear el verso, para el estudio y el trabajo, que yo he continuado
después. Ella decía siempre que la cadencia y el ritmo no se pueden
perder, hay una musicalidad que se logra a base de estudio y de trabajo, antes
de iniciar el ensayo. Un texto para Margarita era una partitura. Igual que la
Caballé ha estado dos meses aprendiéndose una partitura y después
ha hecho la obra. Y eso es lo que hacíamos en Montevideo... Margarita tenía
un criterio riguroso de la disciplina que debe observar un actor. En esto era
muy dura. Las normas disciplinarias las estableció ella. Y así la
comedia empezó a subir. La dedicación debía ser total, naturalmente
que esa disciplina era la primera en compartirla. Era un poquito caprichosa en
cuanto a sus alumnos, algo que un maestro no puede hacer. Tenía una voz
muy especial, nunca la perdió, no quiso perder su forma. Hablaba un castellano
muy suyo, de una manera peculiar, con un sonido incisivo y claro>>.
De
los 269 alumnos que se presentaron al examen de la Escuela de Arte Dramático,
tan sólo fueron admitidos 30, entre los que se distribuyeron los papeles
de "El juez de los divorcios" de Miguel de Cervantes. Margarita preconizaba
que las clases fueran eminentemente prácticas, y ante la sorpresa general,
desde el primer día <<les hizo subir a todos al tabladillo a desarrollar
sus respectivos roles>>. La claridad con que exponía los conceptos
dramáticos y la lección magistral de su interpretación, representando
uno tras otro todos los papeles de las obras en estudio, hacía que sus
clases fueran un puro deleite. De ahí que los cursos adquirieran rápidamente
una inusitada popularidad y despertaran un interés sin precedentes.
Al llegar a Montevideo para cumplir su compromiso con la Comisión de Teatros Municipales, Margarita es invitada para dirigir el estreno de la ópera del maestro Juan José Castro, “La zapatera prodigiosa”, sobre el libro de García Lorca. La primera representación tiene lugar el 29 de octubre en la temporada oficial de 1949. Le encargan también la puesta en escena de “La vida breve”, de Manuel de Falla. Tiene lugar esta primera representación dirigida igualmente por el maestro Juan José Castro, el 30 de octubre.
Algunos
textos han sido extraídos de: "Margarita Xirgu y su compañía
en Lima: Una apuesta teatral moderna" de Gustavo von Bischoffshausen H. y
de las biografías: ""Margarita Xirgu y su teatro" y "Margarita
Xirgu. Una biografía" de Antonina Rodrigo y de: "Margarida Xirgu,
cartografia d'un mite. De Badalona a Punta Ballena" de Francesc Foguet i
Boreu.
XAVIER RIUS XIRGU
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